La nueva casilla de salida
TRATOS Y CONTRATOS
Tres años después Andalucía recupera el PIB prepandemia. La situación ahora es prometedora
Marzo de 2020, el confinamiento provoca una crisis que se salda con un desplome histórico del PIB del 10,8% en Andalucía. Mismo mes de 2023: el Instituto de Estadística de Andalucía certifica oficialmente que la comunidad recuperó al fin el nivel de riqueza inmediatamente anterior al covid. Aunque en términos estrictamente numéricos la economía vuelve a la casilla de salida tres años después, en este trayecto de brusca caída y lenta remontada se producen mutaciones significativas... Y algunas de ellas favorecen a nuestra región.
Las empresas son más ágiles y flexibles. Se tuvieron que tomar decisiones drásticas al inicio de la pandemia para salvar el negocio; la reactivación ha estado plagada de problemas sobrevenidos, como la inflación o las vicisitudes en las cadenas de suministro. Ahora las organizaciones están mejor preparadas para enfrentar cualquier riesgo imprevisto.
El turismo y la agroalimentación –los dos grandes sectores de la economía andaluza– han salido reforzados. Tras las penurias de ‘la peste’, la sociedad ha adquirido un punto de desenfreno en sus hábitos: ni la subida de costes ni la amenaza de una nueva crisis han frenado el afán de disfrutar de la vida, llevando el consumo a cifras récord (y los hoteles a niveles de ocupación históricos). Junto a ello, la resistencia del negocio alimentario ha creado un apetito voraz en fondos de inversión por entrar en el capital de empresas agrícolas y controlar tierras para desarrollar cultivos de olivar y almendro (ojalá que la sequía sea cuanto antes un paréntesis).
La crisis energética ha acelerado notablemente el interés por las renovables en Andalucía. Se están moviendo miles de millones de euros en la construcción de plantas fotovoltaicas y en iniciativas industriales que aspiran a extraer todo el jugo de esa nueva potencia eléctrica abundante y barata (como la producción de hidrógeno verde).
El poder seductor de Andalucía para captar ciudadanos extranjeros de alto poder adquisitivo también crece. Los habitantes del norte de Europa que han estado un año sin salir de sus países han regresado a la normalidad con más ganas que antes de adquirir una casa en un lugar soleado. Andalucía es, además, el territorio de la UE más alejado de Ucrania y las empresas inmobiliarias perciben un interés palpable de ciudadanos centroeuropeos en busca de una segunda residencia. La extensión del teletrabajo refuerza aún más esta tendencia...
A pesar de los pesares, la nueva casilla de salida de Andalucía es prometedora. Con las infraestructuras necesarias –especialmente en la gestión del agua– se pueden crear condiciones para avanzar más rápido que antes.
@lmontotor