El viaje al pasado de Militao
▸ El brasileño muestra su peor versión justo en el tramo clave de la temporada
L.unes 17 de abril. Antepalco de autoridades, acondicionado para la prensa, de Stamford Bridge. Casi cuatro años después de su presentación y a 24 horas del partido de vuelta ante el Chelsea, cuartos de Champions, Eder Militao se vuelve a poner delante de los medios de comunicación. Ha pasado mucho tiempo desde su primera y única comparecencia. Tanto, que su hilo de voz es tenue, asustadizo. El brasileño no se siente cómodo hablando con los periodistas. «El Madrid siempre ha tenido centrales que lideraron al equipo dentro, pero también fuera del campo. Sanchís, Hierro, Sergio Ramos… No le puede intimidar hablar con los medios. Manda un mensaje negativo», detalló entonces a este periódico una persona presente en Londres y muy cercana a Militao.
Con este contexto, poca chicha podía salir de sus palabras, más allá de las habituales respuestas estándar de un futbolista. Así fue, pero tres semanas después una de sus reflexiones se ha convertido en un boomerang: «Estoy en el camino de ser el mejor central del mundo».
«Militao tiene que despertarse, y pronto», dijo Ancelotti el martes tras la derrota en Anoeta, cimentada en un grave error de Eder, otro más desde esa premonición que se le ha vuelto en contra. En un pestañeo, ha pasado de ser uno de los mejores defensas del mundo a otro endeble, despistado, errático y ausente, justo lo que le penalizó en sus inicios en el club blanco, allá por 2019. Entonces, tras tener que suspender a la mitad su presentación, mareado por el estrés y los nervios, con Ramos y Varane como pareja incuestionable y el peso de los 50 millones que pagó el Madrid al Oporto, a Militao le costó despegar.
Su primera temporada fue un ‘highlights’ de errores infantiles, incluso en los partidos de escasa trascendencia, en los que mostraba apatía y falta de concentración en las marcas, e inseguridad y nervios al sacar el balón. Aquello pasó a mejor vida en su segunda temporada, coincidiendo con las lesiones de Ramos y Varane. Junto a Nacho, protagonizó una brillante segunda mitad del curso 20-21, y lo que