Fiesta futbolística, éxtasis blanco
▸El ambiente que se vivió entre las aficiones del Real Madrid y del Osasuna en las calles de Sevilla durante toda la jornada fue excepcional y de hermanamiento
Fiesta del fútbol en Sevilla. Un año más, por quinto consecutivo, cuarto y último en La Cartuja —hasta ahora—, la capital hispalense se vistió de gala para recibir a las aficiones del Real Madrid y del Osasuna, que, en su mayoría, dieron un completo ejemplo de comportamiento desde la noche del viernes hasta las horas previas al partido por las calles de toda Sevilla. Fue una jornada previa bastante tranquila. Un nutrido grupo de aficionados del Osasuna se reunió en el entorno de la Catedral y la Giralda, en concreto en la calle Mateos Gago, donde comenzaron a verse muchísimas camisetas rojillas. Muchos cánticos, muchas banderas, bufandas y también bengalas para iluminar de rojo la zona más cercana al conjunto monumental hispalense. Este grupo de seguidores hizo trabajar durante la madrugada y por la mañana del sábado a los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Sevilla, ya que dejaron la zona repleta de basura. También protagonizaron algún incidente aislado de vandalismo. Otros seguidores navarros se dejaron ver también por la Alameda de Hércules.
El punto álgido de esta final de la Copa del Rey de 2023 fue toda la jornada de ayer. El sábado llegó a Sevilla el grueso de ambas aficiones, muchos autobuses procedentes de Pamplona y también una gran cantidad de vehículos particulares desde Madrid. Las aficiones se dividieron, como suele ser habitual en estas citas. Los aficionados del conjunto blanco se concentraron en la Alameda, mientras que los osasunistas volvieron al entorno de la Catedral y la Giralda. La jornada transcurrió con total normalidad, salvo unos incidentes entre seguidores radicales de ambos equipos. Familias enteras y aficionados se reunieron en alguno de los bares del Paseo Colón de la capital hispalense y personificaron la auténtica fiesta del fútbol español que es la final de la Copa del Rey. Los casi 5.000 aficionados del Osasuna que vivieron las horas previas a la disputa de la final en su Fan Zone, ubicada en el Parque Magallanes, muy próximo a Torre Sevilla, fueron escoltados la por la Policía Nacional hasta el estadio de La Cartuja, a donde llegaron entonando todo tipo de cánticos de apoyo a su equipo, al que recibieron con un espectacular castillo de bengalas de color rojo a su llegada al recinto cartujano. Dado que la Fan Zone del Real Madrid estaba ubicada en el Parque del Alamillo, los aficionados madridistas fueron andando poco a poco hasta el estadio disfrutando ambas aficiones de unas horas previas en Sevillacon calor, pero soportable gracias a la brisa que se levantaba por momentos, lo que hacía más agradable la temperatura, superior a los 30 grados.
Una valla cayó en lado rojillo
Durante el desarrollo del partido, tras el tempranero gol de Rodrygo, la aficion del Madrid vibró como en sus grandes noches de fútbol y títulos. Antes, mientras se repasó el camino de ambos equipos a la final, los tantos blancos en el Camp Nou fueron vitoreados de nuevo, y los aficionados del Osasuna volvieron a cantar y celebrar el gol de Pablo Ibáñez en San Mamés que sirvió a los de Arrasate a disputar el choque de anoche. Hubo cánticos en favor a Vinicius por parte madridista y muchos silbidos de la parroquia navarra. La cosa se calentó cuando el brasileño provocó a los navarros señalándose el escudo de su camiseta, tras una acción en la que vio una tarjeta amarilla por protestar.
También durante el desarrollo del partido, y después de que Lucas Torró marcara el tanto del Osasuna, miembros de la Policía Nacional y de la se