El Gobierno afronta una presidencia europea que choca con su programa
▸ La gestión de Sánchez será el gran examen para sus eventuales aspiraciones a un puesto en Bruselas Mercado eléctrico
En menos de dos meses, el Gobierno de España tendrá que asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. Para Pedro Sánchez empezará un periodo de gran actividad en el que no podrá usar discrecionalmente el poder como suele hacer desde la Moncloa, sino que deberá dedicarse a poner de acuerdo a los otros 26 países miembros en asuntos en los que sus posiciones divergen entre sí y también con las que él mismo ha defendido como presidente del Gobierno español. Se trata además del último semestre de la legislatura antes de las elecciones europeas de 2024, por lo que le corresponderá intentar aprobar todo lo que se ha quedado pendiente. Si Sánchez tiene alguna aspiración de ocupar puestos de responsabilidad en las instituciones europeas, su gestión del semestre de presidencia va a ser el examen definitivo.
Los expertos en política europea suelen recordar que para el éxito de una presidencia son necesarias al menos tres cosas esenciales: tener buenas relaciones con la Comisión Europea y haber consensuado con la oposición en su propio país un programa con objetivos claros. Hasta ahora, el Gobierno solo ha demostrado interés en llevarse bien con la Comisión mientras que ha excluido deliberadamente al Partido Popular de la composición de un programa del que aún se desconoce prácticamente todo.
Hasta primeros de junio
Es verdad que el anuncio formal del programa con los objetivos del semestre de presidencia no suele anunciarse hasta que la que precede no esté prácticamente concluida. En fuentes diplomáticas europeas se considera que hacerlo sería poco elegante y podría interpretarse como un menosprecio al gobierno que aún está ejerciendo este papel. Se supone por ello que el Gobierno esperará hasta primeros de junio, cuando también puede coincidir con la publicación del informe sobre el Estado de derecho en España que se espera especialmente duro.
Eso no impide que en todos los países ese programa se haya venido pactando antes con los principales partidos, que es la única manera de que los demás gobiernos se tomen en serio las propuestas que pueda llevar Sánchez al Consejo. No solo porque eso demuestra que la idea en sí misma tiene fuerza, sino porque eso ayuda a convencer a los gobiernos reticentes que están en manos de otros partidos. En el caso español, esta es la primera vez que el
La reforma del mercado eléctrico se consideró necesaria en el momento de las grandes tensiones en el mercado del gas por la invasión de Ucrania. Las ideas de España chocan con las de la Comisión y con las de los países del norte. Tendrá el apoyo de Francia.
Gobierno no ha hecho ningún esfuerzo para pactar una agenda con la oposición, sino todo lo contrario. La única aproximación ha sido una visita a Estrasburgo el mes pasado del minis
Marlaska ha declarado que pretende aprobar la reforma del paquete migratorio y de asilo, que es algo que ningún país ha logrado. La actual presidencia sueca ni siquiera lo puso en el programa porque consideraba imposible llegar a cualquier acuerdo. tro de Exteriores, José Manuel Albares, para reunirse con todos los eurodiputados españoles y a la que no quisieron asistir los representantes del PP, en señal de protesta por considerar que solo buscaba el aval de unos planes en cuya elaboración no han podido participar. Sánchez no ha compartido ninguna de sus pretensiones europeas con Alberto Núñez Feijóo.
Lo único que se conoce hasta ahora son vagas ideas que ha publicado el propio presidente del Gobierno en defensa de la autonomía estratégica y la seguridad energética, que son objetivos que rebasan a una presidencia y que no se corresponden con ninguna iniciativa legislativa concreta, y la recuperación económica, a pesar de que será España el único país que iniciará el último semestre de este año sin haber alcanzado todavía el PIB anterior a la pandemia.
La Comisión, sin embargo, va a tratar por todos los medios que la presidencia española le ayude a cerrar los puntos de su agenda que quiere aprobar antes del fin de la legislatura, algunos de los cuales chocan con los que ha defendido hasta ahora el propio Sánchez.