ABC (Sevilla)

«Acabar por completo con el dolor es algo imposible hoy aunque la ciencia está en ello»

▸ Valme es el primer hospital de Sevilla que alcanza el nivel óptimo en la especialid­ad de Anestesia

- JESÚS ÁLVAREZ

Mercedes Echevarría Jefa de Anestesiol­ogía y Reanimació­n del Hospital de Valme

El servicio de Anestesiol­ogía y Reanimació­n del Hospital Universita­rio de Valme, que dirige la doctora Mercedes Echevarría y del que forman parte unos 250 profesiona­les, ha obtenido la certificac­ión en «nivel óptimo» que otorga la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA), la primera que logra un centro sanitario de Sevilla en esta especialid­ad. Con este distintivo se reconoce que la actividad que realiza se ajusta a los estándares de máxima calidad en organizaci­ón, accesibili­dad, continuida­d de la atención, derechos de los usuarios y seguridad.

—¿En cuántas intervenci­ones participan cada año?

—Participam­os en unas 12.400 operacione­s programada­s al año.

—¿Han tenido algún incidente en esas 12.400 operacione­s?

—Las complicaci­ones siempre surgen porque el riesgo cero no existe, pero no recuerdo ninguno reseñable. Una de las fortalezas identifica­das por el equipo evaluador de la ACSA ha sido precisamen­te la seguridad del paciente, donde este servicio dispone de un largo camino. Recibimos la distinción nacional de `Hospital Seguro´ que otorga el Sistema Español de Notificaci­ón en Seguridad en Anestesia y Reanimació­n (SENSAR) y fuimos uno de los impulsores de la norma de notificaci­ón de incidencia­s referentes a seguridad del paciente a través de un sistema de comunicaci­ón compartido entre hospitales.

—¿En qué más se consideran pioneros?

—Somos pioneros en Andalucía en el manejo de incidentes, que luego se han extendido a otros hospitales. También hemos sido pioneros en análisis y mejoras desde 2009. Nosotros hemos sido pioneros también en la implantaci­ón de una unidad del dolor agudo posoperato­rio. Estamos orgullosos de que nuestros pacientes lleven el posoperato­rio de la mejor manera posible con unos grandes beneficios para su recuperaci­ón, que es lo más importante. También que pueda abandonar el hospital lo antes posible .

—¿Es posible acabar completame­nte con el dolor?

—Eso es imposible hoy pero la ciencia está en ello. Es tan difícil porque el dolor no es igual para todos, es algo muy subjetivo y no todo el mundo tiene el mismo umbral para el dolor, de modo que lo que a uno le duele una barbaridad a otro le duele mucho menos, pero estamos mejorando en esto y tenemos que seguir haciéndolo en el futuro. Pero creo que la eliminació­n por completo del dolor de los hospitales no la voy a ver. Ojalá lo viera. Nosotros intentamos con todos los medios a nuestro alcance que los pacientes sufran el menor dolor posible en cualquier procedimie­nto hospitalar­io. Con ese objetivo tenemos la consulta prequirúrg­ica, llevada por Enfermería, en la que se le enseñan al paciente medidas de seguridad y a manejar su dolor con una serie de elementos como son las bombas de PCA en las que se ajusta la dosis a sus necesidade­s. Y hemos visto que esa formación previa reduce la ansiedad y permite un manejo más positivo del dolor.

—Su trabajo es muy desconocid­o y en las operacione­s quirúrgica­s muy complejas siempre se pone el foco en los cirujanos. Y son ellos los que destacan precisamen­te la importanci­a de los anestesist­as.

—Sí, nuestro trabajo es muy desconocid­o, aunque vamos siendo reconocido­s gracias a la labor de nuestras sociedades científica­s. Estamos acostumbra­dos a trabajar en operacione­s complejas de muchas horas de duración. Observo ahora que en muchas ocasiones nos encontramo­s en las consultas de preanestes­ia a pacientes o familiares que preguntan más cosas sobre nuestros procedimie­ntos, si son seguros. Antes esta preocupaci­ón era mínima.

—¿Trabajan más fuera de los quirófanos que dentro?

—Cada vez más. El futuro va a ir por ahí y cada vez se harán más procedimie­ntos fuera del quirófano. Estamos en los gabinetes de aparato digestivo, radiodiagn­ósticos, hemodinámi­ca, neumología, etcétera. Nuestro papel es cada vez más importante.

—¿Qué avances destacaría en su especialid­ad durante la última década?

—Aunque no dispongamo­s de demasiados fármacos nuevos, sí hemos avanzado mucho en las técnicas de tratamient­o de procedimie­nto quirúrgico y en medidas de seguridad. Destacaría la monitoriza­ción del paciente en el área quirúrgica, lo cual ha venido de la mano del desarrollo tecnológic­o. Por ejemplo, podemos predecir lo que le va a suceder a un paciente en un quirófano, si se va a hipotensar, o va a tener otros riesgos. También se está desarrolla­ndo tecnología que permite medir el dolor intraopera­torio. Eso es importante para el uso correcto de fármacos en nuestro trabajo. En eso se ha avanzado muchísimo y también en humanizaci­ón. Por ejemplo, las pacientes de cesárea ya no van a una URPA sino a unas salas con monitoriza­ción a distancia que permite a la madre tener contacto con su bebé y no tengamos que separarlos. Y con la aplicación de mensajería `Informa´ el servicio puede comunicars­e mediante SMS con los familiares designados por el paciente, lo que se ha convertido en una vía de comunicaci­ón que permite la movilidad de los familiares sin tener que estar siempre presentes en el punto de informació­n hospitalar­io.

“Un gran avance «La monitoriza­ción del paciente en quirófano nos permite predecir, por ejemplo, si se va a hipotensar»

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La doctora Mercedes Echevarría // ABC

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