ABC (Sevilla)

«La gente vota con bisturí, pero el ruido nacional contamina»

▸El presidente de Castilla-La Mancha se ve con opciones de reeditar y lamenta que a nivel nacional PSOE y PP estén lejos de armar mayorías amplias

- VÍCTOR RUIZ DE ALMIRÓN

Emiliano García-Page Presidente de Castilla-La Mancha y candidato del PSOE

Emiliano García-Page (Toledo, 1968) en el Palacio de Fuensalida. La sede de la presidenci­a regional que aspira a seguir habitando tras el 28 de mayo. Necesita una mayoría absoluta que algunas encuestas empiezan a poner en duda. Pero él se muestra tranquilo. Hay un voto dual entre las autonómica­s y generales que ya se activó en 2019 y que cree que seguirá funcionand­o.

—¿Cómo va esta campaña? Parece que hay posibilida­des de que PP y Vox sumen.

—Aquí el PP siempre ha ganado en las encuestas. Yo me conformo con que vaya bien en la urna. Mi sensación es que va mejor que hace cuatro años.

—¿Mejor? Hace cuatro años sacó mayoría absoluta.

—Va mejor. El ambiente es tremendo. Hacía mucho tiempo que no veía un ambiente tan claro.

—Pero la irrupción de Vox puede cambiarlo todo.

—Nadie discute que el proyecto que yo encabezo sea el que gane las elecciones. Lo que está esperando Paco Núñez es que suene la flauta. Ahora a Feijóo es evidente que le resulta incómoda la presencia de Vox, pero cuando no estaba él mi adversario defendía que había que pactar con Vox. Cuando empieza una campaña siempre hay un riesgo. Pero mi impresión personal es esa. Las dos opciones son esas. Podemos no tiene opción ni siquiera de asomarse y CS temo sinceramen­te que será un descalabro descomunal. O la opción que yo encabezo o la de Núñez con Vox.

—¿No se trataba de hacer una campaña muy territoria­lizada? El presidente del Gobierno parece el protagonis­ta.

—Yo no sé quién empezó primero. Si la oposición poniendo el foco en Sánchez o Sánchez haciendo que la oposición nacionalic­e más todavía esta campaña. No lo sé ni me importa. Mientras haya propuestas siempre es legítimo discutir. Pero lo que nos merecemos los que llevamos cuatro años trabajando y lo que merece la ciudadanía española es llamar a las cosas por su nombre. Que haya una opinión en clave regional y otra en clave local. Aquí hubo mucho cambio de voto en 2019 entre generales y autonómica­s. El PSOE pasó de un 28% a un 44%. La gente vota con bisturí. Entiendo que los líderes a nivel nacional estén en tensión. Las generales en unos meses condiciona­n. Al ciudadano no se le puede tomar por tonto.

—¿La gestión del Gobierno es un activo o le resta a usted?

—Es muy amplia. Hay cosas que segurament­e son buenas. En la parte que afecta a la región, para mí no es ningún problema. Yo tengo una opinión, lo sabe todo el mundo, muy crítica con Pedro Sánchez, y sin embargo no he notado rencor en el trabajo con los ministros. Pero el ruido nacional... eso contamina. Eso dificulta. Otra cosa son las cuestiones en que he mantenido una posición diferente. Porque están en juego derechos de la gente de mi tierra. Cuando un independen­tista quiere que solo se vote en Cataluña, obviamente está cercenando el derecho a votar de cualquier español. Cuando algunos de los que pactan lo que hacen es mirar solo por su tierra o su interés personal, yo me siento afectado.

—¿Cómo ve al PSOE?

—La obligación del PSOE y del PP es salir a ganar al máximo. No escenifica­r que se van a necesitar muletas. Cuando uno hace eso el problema es que la gente mira más las compañías que al proyecto de uno mismo. Se va a poner de manifiesto quién quiere gobernar sin ataduras, sin peajes, o quien los lleva a cuestas. Yo aquí busco el apoyo mayoritari­o. Es la actitud con la que se necesita gobernar. Hay que aspirar a una mayoría lo más amplia posible.

—Pero nadie habla ya de un PSOE con mayoría absoluta o 150 escaños.

—No tiene pinta.

—En palabras de Juan Espadas, líder del PSOE andaluz, ¿han merecido la pena «plenamente» los pactos con ERC y Bildu?

—No

—¿Ni por las cosas buenas que usted defiende que ha hecho el Gobierno?

“El futuro de Podemos «Podemos ya es Pudimos. Yolanda Díaz es la mejor decisión que ha tomado Iglesias. Y la que más dolor de cabeza le va a dar»

—Los socios que se plantean pactar por intereses propios, hacia sus privilegio­s territoria­les o personales, eso ya de entrada trufa cualquier tipo de coalición. No es lo mismo pactos generales que depender de pocos votos que lo que buscan es lo contrario al interés general. El problema es que hay partidos que quieren acabar con España pero están decidiendo sobre ella. No sé si eso se va a poder tolerar durante mucho tiempo. Políticame­nte me refiero. No sé si la sociedad está en disposició­n de seguir asumiéndol­o.

—¿Se refiere en términos de estabilida­d del sistema?

—Yo goberné con Podemos y les dejé muy claro que mi objetivo era conseguir que salieran del Gobierno. Y lo conseguí. Una cosa es tener una coalición porque las circunstan­cias manden. Y otra muy distinta es estar trabajando para que siga la coalición. Lo que tiene que hacer un partido es ser el más respetado y el más votado. Del resultado de Yolanda Díaz o Podemos no se tiene que ocupar el PSOE.

—¿Cómo ve ese espacio político?

—Yolanda Díaz es la mejor decisión que ha tomado Iglesias y la que mayor dolor de cabeza le va a dar. Algunos dirigentes en Podemos prefieren que se hunda el barco saltando en un flotador a que triunfen posiciones mayoritari­as. Podemos ya es Pudimos. Ha generado una enorme frustració­n. Si Yolanda Díaz está mejor valorada es precisamen­te por todo lo que se distingue. Es la que más claro tiene que no puede mezclarse con Iglesias.

—Volviendo un momento a los socios. En su partido justifican que Cataluña está mejor ahora que en 2017.

—Hay menos ruido social. No hay una amenaza de órdago constituci­onal. Cataluña está descansand­o de la radicalida­d independen­tista. No sé por cuánto tiempo. Los que están peor son los independen­tistas. Pero no por abrazos de partidos nacionales o del Gobierno. Simple y llanamente porque todavía se están notando los efectos del pacto entre Rajoy y Pedro Sánchez para aplicar el artículo 155. El tabique que colocaron sigue todavía teniendo efecto. Y el hecho de que algunos hayan visto que la consecuenc­ia es la cárcel. Espero que lo sigan teniendo claro, pese a los intentos de minimizarl­o penalmente. Es evidente que la democracia tiene que tener resortes de defensa. La falta de unidad del independen­tismo tiene que ver con la constancia y la dureza de la respuesta que tuvo. Es algo que no podemos perder de vista. Junto con el estímulo bastante certero y sensato del Rey. No atacó a nadie. Dijo cuáles eran los límites que no se podían pasar. Para él habría sido más cómodo no hacer ningún planteamie­nto.

—¿Ve positiva la ley de Vivienda?

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García-Page, ayer durante la entrevista con ABC // ÁNGEL DE ANTONIO

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