«La relación con el paciente es la que da sentido a la profesión»
▸ Esta joven residente opta por la Medicina Familiar pese a ser consciente de las condiciones actuales
La Fadsp añade que ya señalaron al Ministerio de Sanidad «cuando éste hizo la última normativa y la convocatoria de estas plazas, que no tenía ninguna lógica y que podía ser muy negativo el hecho de que se excluyese a un grupo más o menos numeroso de médicos y médicas la posibilidad de elegir esta especialidad, y más en un momento en el que había un déficit tan notorio». Actualmente, explica la Fadsp, «lo que se hace es una especie de repesca que tiene el inconveniente de estar pensada para los extracomunitarios, y el problema de esto es que pueden tener formación y la especialidad, pero van a tener problemas para el ejercicio en España, ya que necesitan conseguir la nacionalidad o bien un permiso de trabajo».
Coincide el Consejo Estatal Estudiantes Medicina en que la problemática es diversa, empezando por el sistema de elección de plaza. «Que existan plazas que no se han metido en la lista de ninguna persona hace cuestionar la viabilidad del sistema», sostiene su vicepresidente de Asuntos Externos, Guillermo Ramos-Noguera. Lo achaca también a la «denostación» de la especialidad y a la «precariedad», así como a que no se curse durante el grado una asignatura de atención primaria.
Futura residente de Medicina Familiar y Comunitaria
A Arlet Pi Jaumà, las «advertencias» que le llegan de médicos de familia que llevan años en la profesión y la avisan de la situación actual de la especialidad no le han hecho cambiar de planes. Desde hace años tiene claro que quiere ser médica de familia, como su madre, y así lo ha elegido tras aprobar el examen MIR, pese a que su progenitora también la ha advertido sobre las condiciones actuales de los médicos de familia. «Mi madre lleva muchos años trabajando en ese ámbito y ha visto cómo ha cambiado todo. Me dice que sea consciente de lo que hay, pero que haga lo que sienta. Y sobre todo que me cuide a mí misma para poder cuidar bien a los demás», explica a ABC.
Esta joven de Gerona de 25 años, que a partir de este mes comenzará como residente de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) en Barcelona, cree que en ninguna otra especialidad la relación con el paciente es tan profunda como en la suya. «Es la más cercana. Lo más especial que tiene es que tratas al paciente, a su comunidad, todo. Es el principal atractivo que tiene y la razón por la que la escogí. La relación que creas con el paciente es larga, y es esa relación la que da sentido a la profesión de médico», celebra. Además, expone, otra de las ventajas de esta especialidad es que, a su juicio, se trata de la rama de la Medicina en la que se obtiene una formación más completa. «Siempre que pienso en Medicina me viene la imagen del médico de familia, y ya estudié la carrera con esta idea», sostiene.
“«Mi madre es médica de familia y me dice que sea consciente de lo que hay, pero que haga lo que sienta»
«Estoy muy ilusionada»
Pese a su vocación, asegura ser consciente de que si hubiera elegido otra especialidad podría vivir mejor, pero no es un motivo que para ella pese más que sus ganas de contar con un listado de pacientes a los que ver recurrentemente durante muchos años. «Si algo te gusta y lo que haces en tu día a día tiene sentido, tienes que valorar si te compensa o no compensa». A ella, sí. «Estoy muy ilusionada y con mucha energía positiva. No hay que dejar de hacer algo que quieres aunque tengas en cuenta la situación actual, con las condiciones que hay, porque también vamos a luchar para poder cambiarlas», sentencia.
Tiene claro que se va a enfrentar a los problemas que sufre a día de hoy la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, pero desde dentro quiere ayudar a que se cambien algunos aspectos. También cree que las autoridades deberían tomar nota de la situación por la que pasa la especialidad y que provoca que cada año queden plazas sin adjudicar y esforzarse por que deje de ocurrir. «Confío en que vean que tiene que cambiar», desea.
La problemática, dice, pasa por muchos aspectos, empezando por la falta de valoración profesional a la que se enfrentan a diario –y en aumento– los médicos de familia. «Antes se le daba mucha más importancia al médico de familia, pero ahora desde muchos ámbitos se intenta desprestigiar y no valorar la relación y el vínculo que se crea con el paciente. A esto, afirma, se suma la mayor carga de trabajo a la que se deben enfrentar. «Y desde la administración, en lugar de facilitar las cosas meten más presión», critica. En su caso, los puntos a favor han ganado a las desventajas.