Joan Ribó calca el rito católico en el estreno de sus ‘bautizos civiles’
▸El alcalde de Valencia oficia la primera ‘Ceremonia civil de bienvenida a la ciudadanía’, un acto sin efectos legales ▸La celebración laica, que no ha calado en otros municipios, también cuenta con dos padrinos y distintas lecturas Escaso arraigo
Ala abuela materna de Roc esta «fiesta, ceremonia o presentación» –no sabía como definirlo– le pilló por sorpresa, aunque fue bien recibida y no escondía su alegría. La veintena de invitados que asistieron ayer a la misma también sentían curiosidad. Más todavía cuando advirtieron las cámaras de televisión que aguardaban la llegada del protagonista a las puertas del Palacete de Monforte, un edificio del siglo XIX con unos bonitos jardines que se prestan a cualquier celebración.
A sus dos meses de edad, cumplidos justo este lunes, Roc se convirtió en el primer niño ‘ bautizado’ por un alcalde en Valencia. Joan Ribó ofició la primera ‘Ceremonia civil de bienvenida a la ciudadanía’ en la capital del Turia, un acto sin efectos jurídicos que se erige como el sustituto laico al sacramento católico sin cruces, sin cirio, sin agua bendecida y sin pila, pero con el concepto base de incorporación a una comunidad.
Pese a que el primer edil de Compromís rechazó hablar de «bautizo civil» porque no quiere «competir con nadie», en la práctica, copia el modelo de la celebración tradicional hasta en la disposición de la pequeña sala en la que se llevó a cabo: un ceremoniante frente a los asistentes, los padres sentados en primera fila junto a dos padrinos y la lectura de varios escritos.
«El 38% de la ciudadanía de Valencia se considera atea, agnóstica o laica. Es la segunda forma de entender la religión más importante de la ciudad», señaló Ribó para justificar la razón de ser de lo que definió como un «acto de recibimiento». Todo ello enfocado a que personas sin convicciones religiosas «puedan hacer una fiesta de bienvenida a ese nivel», en la que, como en las bodas civiles, «recordamos los derechos de las personas». En este caso, según establece el protocolo aprobado por el Gobierno local de Compromís y PSOE en abril, se leerán la Declaración de los Derechos del Niño y los artículos de la Constitución Española que versan sobre esta materia.
Ribó abrió la ceremonia privada, que duró unos veinte minutos, con la lectura de dos poemas: ‘Cançó de bressol per a despertar consciències’, del poeta valenciano Marc Granell, y ‘Cómo se dibuja un niño’, de Gloria Fuertes. A esa intervención le siguieron sendos parlamentos del padre y del tío de la criatura, que ejerció como padrino e interpretó con el violín el tema central de la película ‘La vida es bella’. La abuela paterna fue la madrina de un acto que concluyó con la fir
En Valencia solo se han recibido cuatro solicitudes en el primer mes, mientras que en otros grandes municipios de la región, como Paterna, en el que se implantó esta iniciativa hace un lustro, apenas contabilizan una decena de actos. ma de la Carta Municipal Ciudadana. El ayuntamiento obsequió al recién nacido con cuentos y un peluche, que sus progenitores, Andreu Soler y Candela Perpiñá, agradecieron a la salida, animando a otros padres a seguir sus pasos.
Candidatos de Compromís
Se da la circunstancia de que ambos tienen vínculos con Compromís. Él es componente de la lista de la coalición
Como en las ceremonias católicas, el nombramiento de dos padrinos, las lecturas, la música y el concepto de incorporación a una comunidad se mantiene. Además, se busca un espacio acondicionado y se festeja posteriormente con un banquete. por la provincia de Valencia en las próximas elecciones autonómicas, mientras ella es cabeza de lista por el mismo partido en la localidad alicantina de Balones.
«No queríamos bautizar al niño, pero sí hacer alguna celebración. Vimos que lo anunciaba el ayuntamiento y lo pedí la semana pasada sin saber que seríamos los primeros», aseguró Andreu. El martes por la tarde realizaron la solicitud pensando que habría lista de espera y el miércoles por la mañana tenían ya la confirmación de la fecha al cumplir los requisitos: que uno de los solicitantes esté empadronado en la ciudad y que los niños o niñas no superen los dos años, aunque se contemplan excepciones para circunstancias especiales, como una adopción.
«Ha sido más complicado reservar el restaurante para comer después», bromeaba Candela, madre de la criatura tras una ceremonia «bonita y familiar». No fue la única de las dificultades con la que afrontaron el acto, realizado un lunes a mediodía.
Si la demanda no crece, solo se celebrará el primer lunes de cada mes. «Por suerte, la mayoría están jubilados y han podido venir», indicó el progenitor, que llegó muy apurado de tiempo, directo desde el trabajo. «No es una sala fría del juzgado, es un palacete del