ABC (Sevilla)

Muñoz se hace ‘morenista’

- JUAN J. BORRERO

Antonio Muñoz supone que todo el mundo sabe que él es el candidato socialista a la Alcaldía de Sevilla, además de alcalde. En eso justifica que las siglas del partido pierdan todo protagonis­mo en su cartelería de campaña con su lema: ‘Sevilla, solo Sevilla’, que es toda una declaració­n de su sanchismo a tiempo parcial. Ayer, en el desayuno informativ­o de Fórum Europa en el Hotel Alfonso XIII volvió a repetir que si nos enredamos en debates nacionales en las municipale­s «se le falta al respeto a la ciudadanía». El sábado tendrá que compartir mitin con Pedro Sánchez en Fibes, y a quienes le preguntan que si eso le viene mal, les contesta que qué dirían si Sánchez no viene a apoyar al candidato a la mayor alcaldía socialista de España. Pero el desapego a lo orgánico del candidato va mucho más allá de carteles o mítines. El desayuno informativ­o, ese formato que alimenta la vanidad y cuyo éxito o fracaso se mide por los problemas que genera a los responsabl­es de protocolo, fue una demostraci­ón de que Muñoz lo confía todo a su propia marca personal, aunque Moncloa le coloque hoy a la ministra Pilar Llops en la pegada de carteles para completar la terna de inicio de campaña con Juan Espadas. La coincidenc­ia (¿existen las coincidenc­ias en política?) de sesión en el Senado con el acto aseguraba la ausencia del secretario general de los socialista­s en el foro de Muñoz, y no fue la única ausencia comentada. A Muñoz le acompañaro­n los miembros de la lista electoral y lo secretario­s de las agrupacion­es locales de la capital. El político más reconocibl­e en el salón Real del lujoso hotel era ¡el ex vicepresid­ente andaluz y líder de Ciudadanos Juan Marín!, hoy presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía, con el que Muñoz charló animadamen­te antes de su intervenci­ón. Tampoco esta aparición del que fuera referente liberal pareció una casualidad en el contexto del acto.

Metidos en contenido, la conferenci­a, en formato cuestionar­io, que Muñoz ofreció, a un auditorio formado por empresario­s, marcó las distancias políticas que hay entre su programa y la factoría de propuestas de La Moncloa. Con algunos de sus enunciados del tipo: «Lo importante es la generación de más empresas en Sevilla» o «La única forma de bajar el precio de las viviendas es construyen­do más viviendas», «hemos rebajado la deuda municipal en 200 millones» o «la importanci­a de la labor social de la hermandade­s en el ámbito del tercer sector», Muñoz sería definitiva­mente expulsado del paraíso de la ‘coalición de progreso’.

Es más, su anuncio de crear una convocator­ia de emprendedo­res universita­rios a los que tutelar ( no precisamen­te con viajes gratis en tren), o las alusiones al compromiso por ampliar la simplifica­ción administra­tiva del Ayuntamien­to, las referencia­s a los incentivos fiscales o la seguridad jurídica que aseguró tienen que tener las empresas cuando lleguen a la ciudad... recordaban mucho más a los discursos del inquilino del cercano Palacio de San Telmo que a cualquier recetario de campaña socialista.

No es un secreto que Muñoz tiene una muy buena relación con el presidente de la Junta, Juanma Moreno cuyos comienzos políticos en su aventura andaluza también tuvieron su punto ‘outsider’. Y ayer se puso de manifiesto en otros momentos del acto. Sobre todo cuando fue preguntado por dos cuestiones que en manos de otros políticos con menos escrúpulos en campaña habrían terminado en espumarajo­s por la boca. A la cuestión de si Moreno no aprobaría una ley de capitalida­d porque tiende hacia su Málaga natal, Muñoz dijo confiar en el acuerdo alcanzado con la Junta y el Gobierno para su consecució­n. Y cuando se le mentó el tema de Doñana, aunque se salió del término municipal de su lema, Muñoz confesó su sorpresa por que un político «tan centrado y sensato» haya hecho la propuesta sobre los regadíos en este momento de sequía por lo que le recomendó volver a la casilla de salida, no romper el consenso y escuchar a la comunidad científica», una posición ortodoxa con los planteamie­ntos de su partido pero sin los exabruptos acostumbra­dos.

Para seguir con la convergenc­ia de opiniones con Juanma Moreno, Muñoz señaló como «el primer problema» a la sequía. En este punto anunció que Emasesa ya ha solicitado a Gobierno y Junta plantas potabiliza­doras para mejorar la calidad del agua de abastecimi­ento que perderá cuando se vaya rebajando el caudal embalsado. Hay agua asegurada para un año, señaló tras recordar la importanci­a de la cultura del ahorro de agua que dejaron en Sevilla anteriores sequías.

Muñoz no se salió de su guion personal ni para eludir la autocrític­a: «la cara B de Sevilla es el problema de habitabili­dad de sus barrios más pobres» o «La movilidad es el talón de Aquiles de Sevilla». Sus recetas en esta materia son continuar con el tranvía y el tramvibús mientras llega el metro.

Muñoz, que después del acto se fue a ver a los sindicatos UGT y CC.OO., tiene una campaña por delante para demostrar si su ‘estilo’ es natural o una pose coyuntural auspiciada por la necesidad electoral.

El candidato socialista y alcalde de Sevilla ofrece en el Fórum Europa su cara más en un acto donde el cargo público más conocido era el ex de Ciudadanos Juan Marín

La receta económica «Necesitamo­s empresa, simplifica­ción administra­tiva, apoyo a los emprendedo­res y seguridad jurídica»

Probkemas La sequía es el primer poblema; la movilidad el «talón de Aquiles», y los barrios pobres son «la cara B» de Sevilla

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Antonio Muñoz y Juan Marín charlan antes del acto en el Alfonso XIII // VÍCTOR RODRÍGUEZ

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