Seis de cada diez plazas turísticas corresponden ya a apartamentos
▸ El sector se defiende frente a una campaña de desprestigio que considera «injusta»
Ruidos, problemas de convivencia, subida de precios y expulsión de los vecinos del centro histórico. Son el grueso de las críticas que llueven sobre el sector de las viviendas turísticas a raíz de la expansión de su modelo en los principales destinos españoles y que, en el caso de ciudades andaluzas como Málaga o Sevilla, se han convertido en uno de los principales debates en torno a su desarrollo urbano.
Los alojamientos turísticos representan en estos momentos el 64% de la capacidad alojativa de Andalucía, comunidad que tanto desde la asociación que aglutina aquí al sector, AvvaPro, como desde la federación nacional, Fevitur, sitúan como referente nacional e internacional de turismo residencial. Existen más de 100.000 licencias, de las cuales 72.000 están en uso.
Se trata de una realidad que lleva a las voces más críticas a plantear limitaciones y prohibiciones, pero que desde el sector analizan desde una perspectiva radicalmente opuesta. «¿Alguien se ha planteado cómo era el centro de Málaga hace 15 años? ¿Cuántos edificios estaban cerrados, sin uso, o incluso en ruinas?». Es la pregunta que se hacía ayer el presidente de Fevitur, Miguel Ángel Sotillos, que participó en la inauguración del congreso Vitur Summit 2023 celebrado en la capital malagueña, y para quien las viviendas turísticas sufren una campaña de desprestigio injusta. «Ahora que estos edificios están llenos, la gente dice que no pueden vivir ahí porque se utilizan para alquiler turístico, pero hace 15 años los podían haber comprado», subrayó.
«Se nos acusa como sector de que expulsamos a los residentes del centro, pero los residentes son los mismos que había y si no pueden llegar más es simplemente porque alguien se les ha adelantado»,apuntó el presidente, muy tajante contra las críticas hacia los alojamientos.
«Han tenido toda una vida para comprar esas viviendas y venirse a vivir al centro, pero claro, antes el barrio no era el mismo, no tenía esa vida ni esas viviendas arregladas; han esperado a que otros las compren y hagan la inversión para exigirles ahora que se la alquilen y encima a un precio no muy alto. Eso son los mundos de Yupi», ha sentenciado.
Desde la Federación atribuyen a las viviendas turísticas no sólo la transformación urbana de cascos históricos. También su peso en la actividad comercial de las ciudades. Según los un barómetro publicado por Fevitur, la actividad que mueven las viviendas vacacionales se ha multiplicado por cinco desde 2019, hasta alcanzar 20.388 millones de euros en 2022 solo teniendo en cuenta el gasto en alojamiento, ocio o restauración del turista nacional.
El sector espera ahora el decreto que la Junta ha de tener listo para junio, que dejará en manos de los ayuntamientos la potestad de decidir y regular estas viviendas. «Tendrán que justificar muy bien por qué se toman esas limitaciones o por qué se limita la capacidad de un andaluz para poder alquilar su casa de una forma u otra», subrayó ayer en el congreso Carlos Pérez-Lanzac, presidente de la patronal andaluza.
Los propietarios, ante el nuevo decreto: «Tendrán que justificar bien por qué se limita la capacidad de un andaluz para alquilar su casa de una forma u otra»