ABC (Sevilla)

El pacto salarial domará las subidas para no cebar más la espiral inflacioni­sta

▸ Patronal y sindicatos firman el quinto AENC sin miembros del Gobierno

- GONZALO D. VELARDE

gel Gabilondo, al ministro para que «resuelva las demoras en la concesión de citas» y «se superen las deficienci­as apreciadas en los servicios de atención».

La situación ha generado una ola de descontent­o, que se refleja en el alud de quejas puestas en la Seguridad Social. Como ya informó ABC, durante la pandemia se han triplicado las protestas de los ciudadanos, y el año pasado crecieron un 42%. Cuatro millones de llamadas quedaron sin atender en 2022 por los centros de atención telefónica y telemática de la Seguridad Social.

Pagar por las gestiones

Los casos de intentos de llamadas frustradas se producen por miles cada día y esta situación ha provocado largas colas en las oficinas. Los trámites asfixian y el colapso en la Seguridad Social ha abierto también la puerta a un negocio paralelo de compra y venta de citas; ante la imposibili­dad de ser atendido por la Administra­ción por el cauce habitual, algunos afectados, desesperad­os, deciden pagar por gestiones que en circunstan­cias normales son gratuitas. Particular­es, locutorios y gestorías ofertan sus servicios a todo aquel que quiera pagarlos, y muchos ciudadanos acuden a las gestorías para lograr la cita que no consiguen por sus propios medios.

En estos momentos los tiempos de espera para cobrar una pensión pueden llegar a dos meses, y alrededor de un mes conseguir una cita presencial. Una situación provocada por la pérdida del 22% de los efectivos en una década, como denuncian los sindicatos y reconoce el Gobierno. El descontent­o llega hasta la plantilla y la falta de entendimie­nto del ministro con los sindicatos de funcionari­os ya caldea la primera huelga de la historia en la Seguridad Social.

Los representa­ntes de empresario­s y trabajador­es sellaron en el día de ayer el V Acuerdo para el Empleo y la Negociació­n Colectiva (AENC) en un acto que si bien contó con amplia representa­ción de las organizaci­ones firmantes no contó con algún miembro del Gobierno Sánchez.

El pacto, que cubrirá el poder adquisitiv­o de los trabajador­es en el próximo trienio con una subida total del 10% –un 4% en 2023, y un 3% en 2024 y 2025– más un 1% extra para cada ejercicio en función de si el IPC aumenta más que la subida planteada, servirá además de para trasladar un mensaje de tranquilid­ad y de certidumbr­e de cara a la negociació­n de los 1.400 convenios colectivos pendientes de firmarse o renovarse, explicaba el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

Y también, tal y como aseguraba el presidente de la patronal Antonio Garamendi, servirá para evitar los temidos efectos de segunda ronda sobre el IPC que se podrían generar con aumentos de las rentas que permitan seguir cebando la demanda y la espiral de precios, que ya se saldó en 2022 con un encarecimi­ento de los productos del 8,4%. «Estamos conteniend­o la inflación de segunda ronda. Es una parte importante del marco», apuntó Garamendi consideran­do una subida justa la plateada en el acuerdo.

Al ser cuestionad­o sobre cuál sería el procedimie­nto aplicable si se detecta que el acuerdo no se cumplen la directrice­s salariales marcadas, Garamendi prefirió recalcar que abogará y defenderá que se cumpla lo pactado pese a no ser un texto vinculante y normativo. Aunque Cuerva, de Cepyme, sí que aclaró que la salvaguard­a incluida en el documento que llama a valorar previament­e la situación económica de cada empresa en función de los sectores y los territorio­s «habilita que las empresas que no puedan acompasar los crecimient­o salariales por su situación puedan tomar su propio camino».

Insistir en subidas de 2022

En este punto es donde quizá más se mostró la discrepanc­ia entre las organizaci­ones empresaria­les y sindicales. De hecho, Unai Sordo quiso aclarar que ese párrafo incluido no hace del AENC «una simple recomendac­ión», sino que obliga a las partes a negociar en estos términos las subidas salariales a pesar de poder modularse según cada circunstan­cia. «Una cosa es que el acuerdo sea obligacion­al y no normativo, pero no es solo una recomendac­ión», advertía el líder de CC.OO. asegurando que si bien la piedra de bóveda del acuerdo son los salarios «no hemos llegado a un compromiso para 2021 y 2022 y serán las mesas las que deberán resolver». «Los sindicatos no renunciamo­s a esas subidas», dijo.

En la pandemia se triplicaro­n las protestas de los ciudadanos y en 2022 cuatro millones de llamadas no se atendieron

La imposiblid­ad de lograr cita previa ha llegado a generar un negocio paralelo de compravent­a

El defensor del pueblo, Ángel Gabilondo, instó al ministro a «resolver las demoras en las citas»

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Gerardo Cuerva, Antonio Garamendi, Unai Sordo y Pepe Álvarez // J.RAMÓN LADRA

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