Nuestra secular divergencia
AJUSTE DE CUENTAS
El Banco de España advierte que la economía no se acerca a Europa
El aspecto más grave que recoge el Informe Anual del Banco de España de 2022 es la advertencia de que, desde 2008, nuestra economía no ha hecho más que alejarse de los promedios europeos debido al estancamiento de su crecimiento. España no converge, sino que diverge de Europa. Este fenómeno ha hecho que países más pobres y menos relevantes, como Irlanda o la República Checa, exhiban un mayor dinamismo.
A este estancamiento de la renta se han referido diversos expertos españoles, particularmente el economista Jesús Fernández-Villaverde, quien en marzo de 2022 describió el fenómeno con pelos y señales en una conferencia en la Fundación Rafael del Pino que pasó inadvertida. Desde hace unos meses, varios analistas y columnistas hemos vuelto sobre el asunto sistemáticamente desde diferentes ángulos. Pero es muy importante que el Banco de España, por la potencia de su servicio de estudios, haya constatado la cuestión. El gráfico de nuestro PIB per cápita indica que en 1962 estábamos 32 puntos porcentuales (pp) por debajo de la media europea. El ingreso en el mercado común nos situó en una senda de convergencia que nos llevó, en 2008, a sólo 8,8 pp del promedio, un auténtico triunfo para nuestro país que quería superar a Italia. Es verdad, como advierte el informe, que esto se consiguió con un grave desequilibrio sistémico como fue la burbuja inmobiliaria. Esta devastó nuestra economía, pero le siguió una nueva recuperación que a partir de 2019 se ha frustrado y hoy estamos 17 pp por debajo de la media europea.
El Banco de España atribuye a dos deficiencias bien conocidas este retraso económico: nuestra baja productividad y una tasa de empleo relativamente reducida. Corregir este problema debería ser la principal prioridad de nuestros partidos político, porque el alcance del desafío es extraordinario: no basta con hacer bien las reformas estructurales que acordemos, además hay que acertar con las que necesitamos, porque, como advierten algunos expertos, la cambiante situación internacional está definiendo nuevos ganadores y perdedores para las próximas décadas. Y nuestro tren ya ha salido. jmuller@abc.es