El sino de Podemos pende de las urnas valencianas y madrileñas
PULSO EN LA IZQUIERDA
Podemos celebró ayer la tradicional pegada de carteles en el barrio de Orcasitas, en el sur de Madrid. El partido liderado por la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, dio el pistoletazo de salida en un punto cardinal de la región en el que siempre se pensaron fuertes por ser tradicionalmente una zona de rentas medias y bajas.
Sin embargo, en las elecciones de 2021 el Partido Popular de Isabel Díaz Ayuso arrasó en barrios y ciudades del sur. Y los votos de la izquierda en esas zonas los absorbió sobre todo
Más Madrid. Pegar los carteles en Orcasitas tiene carga simbólica porque Podemos no renuncia a su legado de formación alternativa a los socialistas a favor de la clase obrera y a presentarse como la única alternativa de la izquierda capaz de sacar a Ayuso y al alcalde de Madrid, el popular José Luis Almeida, de las instituciones.
Podemos llega a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo con una paradoja sobre la mesa. Pese a ser la vez que más acuerdos de unidad han firmado con Izquierda Unida (en 10 de las 12 comunidades que concurren y en 40 capitales de provincia), la marca Unidas Podemos está más erosionada que nunca.
El futuro del partido se dirime sobre todo en la Comunidad Valenciana, donde hoy tendrán el primer mitin de campaña, y en la Comunidad de Madrid, donde cerrarán el viernes 26. La primera región es clave para ellos porque forman parte del gobierno con su candidato Héctor Illueca, vicepresidente de la Generalitat Valenciana. En la segunda, porque se juegan convertirse en un partido residual en la región donde nacieron por culpa de la fuerza de Más Madrid, que aspira a sorpasar al PSOE. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, estará estas dos semanas haciendo equilibrios: apoyará a Podemos donde tenga posibilidades, pero también a sus rivales como Compromís y Más Madrid.