Atrincherado en las 800 tras una noche de excesos
La mañana de ayer fue sobresaltada en el Polígono Sur, concretamente en la barriada de las 800 viviendas. La Policía Nacional recibió a primera hora varias llamadas alertando de que se habían escuchado al menos dos detonaciones en el interior de un domicilio de la calle Tierra de Rastrojos. Un individuo, que acabaría entregándose, se había atrincherado sobre las siete y media de la mañana con un arma en la vivienda de sus padres.
La Policía Nacional activó de inmediato un dispositivo especial que incluía un equipo de asalto de los GOES, los especialistas en este tipo de intervenciones de altísimo riesgo. Al parecer, el sospechoso, natural de Utrera y con numerosos antecedentes, antes de atrincherarse en el domicilio, sobre las siete de la mañana había empotrado su vehículo y posteriormente se había refugiado en el piso de sus padres desde donde se efectuaron los disparos. El accidente se produjo en las inmediaciones del domicilio y fue la parte final de una noche de excesos.
Fuentes policiales y algunos vecinos detallaron que el individuo estaba ebrio, había consumido droga y estaba fuera de sí. Hay testigos que vieron cómo sacaba el cañón de una escopeta por una de las ventanas del piso, situado en una séptima planta. Con ese
Un individuo ebrio y drogado se refugió en la vivienda de sus padres tras empotrar su coche contra una fachada y desde la vivienda se dedicó a disparar con una escopeta
El detenido abrió la puerta de manera voluntaria y se entregó tras dialogar con el negociador de la Policía Nacional
mismo arma disparó al aire en dos ocasiones pero no hirió a nadie.
Las inmediaciones del bloque fueron cortadas al tráfico y se estableció un fuerte dispositivo policial en la zona con presencia de la Policía Local, bomberos y efectivos sanitarios. La Policía Nacional avisó a uno de sus negociadores que consiguió que el sospechoso abriera voluntariamente la puerta sobre las diez y veinte de la mañana.
Dos facultativos de la ambulancia del 061 que estaba en la entrada del bloque accedieron a la vivienda para confirmar que todas las personas que estaban dentro, incluido el sospechoso, se encontraban en buen estado. Tras entregarse, el fuerte dispositivo policial que había en el exterior se fue relajando. Entre los efectivos que se habían desplazado hasta el Polígono Sur estaba el comisario provincial accidental, Francisco Javier Vidal y Delgado-Roig, que quiso estar presente en la intervención del GOES, que finalmente fue limpia y sin incidentes.
Disparos al aire
El detenido no salió esposado de la vivienda hasta cerca de las once y media de la mañana. Durante una hora aproximadamente, los agentes estuvieron registrando el inmueble en busca de armas. Habían intervenido la escopeta con la que había realizado los disparos al aire, pero querían confirmar que no había más armamento en la casa como así fue.
Los agentes sacaron al sospechoso por un acceso trasero, mientras familiares del arrestado increpaban a los medios de comunicación que se habían ido congregando en este punto de las 800 viviendas. «Dejad de grabar, que es un enfermo mental», gritaban a los periodistas. Los agentes tuvieron que contener a varios familiares que se iban a abalanzar sobre los periodistas.
Finalmente, el detenido fue introducido en un vehículo de la Policía Nacional y conducido a dependencias policiales. A pocos metros de él, un policía sacaba el arma intervenida, una escopeta de enormes dimensiones, que fue el motivo del arresto. La Policía le imputa un delito de tenencia ilícita de armas. La noche la pasó en los calabozos de la comisaría de Blas Infante y este viernes pasará a disposición judicial. Previsiblemente quedará en libertad, señalaron fuentes policiales.
En esta ocasión, el episodio se ha resuelto sin consecuencias graves. Muy distinto a lo ocurrido el pasado mes de enero, en Los Pajaritos, cuando la Policía Nacional abatió a tiros a un individuo que se había atrincherado en su vivienda. Tras horas infructuosas de negociación, varios agentes del GOES trataron de acceder al inmueble por una ventana. Al hombre no se le escuchaba desde hacía tiempo y los agentes creyeron que se podía haber quitado la vida tal y como había amenazado en reiteradas ocasiones. Cuando los funcionarios entraron en el piso, el atrincherado se lanzó sobre uno de ellos con un cuchillo; lo que provocó que los compañeros repelieran el ataque con disparos.