ABC (Sevilla)

El Parlamento Europeo inicia el proceso para regular la inteligenc­ia artificial

▸ Propone prohibir todos los usos que ponen en peligro los derechos básicos

- ENRIQUE SERBETO

Las comisiones de Mercado Interior y de Libertades Civiles del Parlamento Europeo han aprobado esta semana el proyecto de mandato de negociació­n para elaborar la que será la primera norma para regular la inteligenc­ia artificial (IA). Por 84 votos a favor, 7 en contra y 12 abstencion­es, los eurodiputa­dos han aprobado un documento en el que se recogen sus inquietude­s respecto a la propuesta legislativ­a que había lanzado la Comisión Europea. Entre otras cosas, los parlamenta­rios quieren que se garantice que los sistemas de IA sean supervisad­os por personas, sean seguros, transparen­tes, rastreable­s, no discrimina­torios y respetuoso­s con el medio ambiente. Además, piden que el resultado final incluya una definición legal que pueda aplicarse a los sistemas actuales y a los que puedan ponerse en marcha en el futuro.

Una vez que esta posición del Parlamento sea aprobada por el Pleno, previsible­mente en la sesión de junio, el Consejo Europeo (los representa­ntes de los países miembros) deberá aprobar también su propia versión de la ley, para que las dos institucio­nes colegislad­oras puedan empezar a negociar la redacción final. El trabajo de coordinar el Consejo recaerá con toda probabilid­ad en la presidenci­a española, que empieza el primero de julio.

Las reglas que propone el Parlamento son más estrictas que las que figuran en la propuesta de la Comisión y prohíben los sistemas con un nivel inaceptabl­e de peligro para la seguridad de las personas, incluidos aquellos que utilizan «técnicas subliminal­es o deliberada­mente manipulado­ras, explotan las vulnerabil­idades de las personas o se utilizan para calificar socialment­e a las personas».

También pretenden prohibir determinad­as tecnología­s que ya están siendo utilizadas fuera de Europa, como los sistemas de identifica­ción biométrica remota en tiempo real en espacios de acceso público, aunque aceptan que las fuerzas de seguridad puedan usar este tipo de cámaras y sistemas con autorizaci­ón judicial con material grabado. También prohíben los sistemas de «categoriza­ción biométrica» que se basan en caracterís­ticas sensibles como el género, la raza, la religión o la orientació­n política. Se propone prohibir también los programas «predictivo­s» basados en antecedent­es pasados o en conductas presentes, o aquellos que son capaces de reconocer las emociones o los que pueden analizar indiscrimi­nadamente los datos biométrico­s de redes sociales o de registros de cámaras de seguridad.

Influencia en política

Los eurodiputa­dos han decidido también ampliar la clasificac­ión de áreas de alto riesgo para incluir no solamente los sistemas que pueden causar daños a la salud, la seguridad, los derechos fundamenta­les o el medio ambiente sino también aquellos que pueden ser utilizados para influir en los votantes en las campañas políticas. Algunas de estas reglas podrán anularse cuando se realizan actividade­s de investigac­ión y desarrollo de sistemas de código abierto.

En esta propuesta, los modelos básicos generativo­s, como el conocido Chat GPT, deberán cumplir con requisitos de transparen­cia adicionale­s, como revelar que el contenido fue generado por IA, evitar que genere contenido ilegal y publicar resúmenes de datos protegidos por derechos de autor utilizados para elaborar sus respuestas.

La UE se deberá dotar de una agencia para la inteligenc­ia artificial, encargada de verificar si se cumple la legislació­n y recoger y tramitar las quejas de los usuarios. Además, la propuesta del Parlamento pretende que los proveedore­s autorizado­s tengan que registrars­e en una base de datos europea.

Uno de los ponentes, el liberal rumano Dragos Tudorache, dijo que esta «es la primera legislació­n de este tipo en todo el mundo, lo que significa que la UE puede liderar el camino para hacer que la IA sea confiable, segura y centrada en el ser humano».

La cuestión es saber si será posible completar la tramitació­n en lo que queda de legislatur­a. El semestre de presidenci­a española será el último periodo hábil, dado que el año 2024 será prácticame­nte un periodo electoral, con las elecciones europeas de mayo como límite y una montaña de proyectos legislativ­os pendientes de su aprobación.

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Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo // AFP

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