Adolescentes y feminismo
LA SUERTE CONTRARIA
Han crecido en una sociedad donde se les ha manipulado con mentiras, leyes perversas y declaraciones aberrantes
SI hay algo que nunca podremos perdonar a este Gobierno es que haya conseguido desprestigiar el feminismo. Conviene recordar que si hay una lucha que merece especialmente la pena es esa, la de la igualdad entre hombres y mujeres. No hay una cabeza mínimamente amueblada que pueda oponerse a esa aspiración, que no solo es legítima sino, además, plenamente virtuosa. Y, en todo caso, si existiera alguien tan perturbado como para creer que mi hija ha de tener menos oportunidades que un varón o que hay cosas que no debe hacer por el hecho de haber nacido niña, va a tener que decírmelo en la calle.
Sucede que los que tenemos la suerte de haber vivido en entornos de igualdad, haber sido educados por personas como Dios manda y no haber visto violencia de género más que en los telediarios tendemos a pensar que exageran, que todo es un cuento chino. No es cierto: la violencia de género existe y la desigualdad por ese motivo también. Hay mucha más de la que pensamos y, sobre todo, en ciertos entornos. Que no lo veamos con nuestros propios ojos no debe implicar que neguemos su existencia. Sucede lo mismo con Australia y con los tigres de Bengala.
Esta semana conocíamos un estudio realizado por FAD Juventud que afirma que los adolescentes españoles se sienten víctimas del feminismo, que creen que las leyes del Gobierno han acabado con la presunción de inocencia del varón o que antes de tener sexo han de conseguir un consentimiento escrito. Y esa sensación no es exclusiva de los varones: las propias chicas sienten que los hombres están desprotegidos jurídicamente, lo cual no es solo malo para ellos sino también para las verdaderas víctimas. Tanto ellos como ellas consideran que el feminismo está politizado, que intenta marcar un pensamiento único y que no pretende ayudar a las mujeres, sino perjudicar a los hombres.
Ahí lo tienen. Esa es su obra. Admírenla. Han logrado que la juventud viva aterrada, desconcertada y sintiéndose víctima del feminismo en lugar de cómplice de sus aspiraciones. Han logrado que el legado se vea contaminado por los delirios de un gobierno manipulador. Hará falta mucho tiempo para convencer a esta generación de que el feminismo no tiene nada que ver con esto, que no son víctimas del feminismo sino de un Gobierno concreto y que en este tema no cabe ideología. La culpa no es de los chavales, claro. La culpa es de quien ha instrumentalizado el feminismo para dividir a la sociedad. Y no es que los jóvenes sean ‘antifeministas’, como he leído. Simplemente han crecido en una sociedad donde se les ha manipulado con mentiras, leyes perversas y declaraciones aberrantes. Tras cuatro años de PSOE y de Podemos las cifras no bajan, el feminismo está desprestigiado y hay más de cien violadores en la calle. Enhorabuena. Parecía imposible hacerlo tan mal. Por suerte, algunos hemos hecho el trabajo en casa. Y no consistía solo en ir contra el machismo sino contra todo intento de sometimiento. Empezando, claro, por el de quien dice defenderte.