ABC (Sevilla)

La Generalita­t entra en la guerra contra la tasa Amazon de Colau

▸ El órgano de defensa de la competenci­a de Cataluña avala a los afectados y recurre la figura tributaria

- BRUNO PÉREZ/ALEX GUBERN

ese efecto estadístic­o el que ha contribuid­o a moderar la foto fija de la subida del precio de los alimentos en los últimos doce meses.

La nota del INE incide en que a este comportami­ento contribuyó la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas, que estuvieron entre los más subieron en abril de 2022, y que el aumento de los precios de la carne, el pan y cereales, los aceites y grasas y la leche, queso y huevos ha sido menor que el del año pasado.

Los datos dicen que en abril la mayoría de los alimentos siguió encarecién­dose, aunque empezaron a detectarse bajadas de precios en productos puntuales como el azúcar, la fruta fresca, los frutos secos, la mantequill­a, el yogur y otros productos lácteos.

En lo que va de año, los alimentos se han encarecido un 3,5%, aunque se han abaratado algunos productos puntuales como las harinas, las pastas alimentici­as, las carnes de ovino, las frutas o el yogur, salvo en el caso de las carnes de ovino, todos ellos productos beneficiad­os por la rebaja de IVA aprobada por el Gobierno.

Mejor que Europa

Los precios no dan tregua, pero al menos en esta ocasión la foto que muestran no es peor que en Europa. Según los datos de IPC armonizado difundidos también ayer por el INE, que utilizan una metodologí­a diferente que permite comparar los indicadore­s que se publican en todos los países de la zona euro, mientras que el IPCA español cerró abril en el 3,8%, la media de la zona euro lo hizo en el 7%.

Es cierto que el índice armonizado subió más en España que en la media de los países del euro en abril, pero también lo es que se sitúa holgadamen­te por debajo lo que sobre el papel proporcion­aría a los exportador­es españoles una cierta ventaja competitiv­a.

La inflación subyacente, que muestra la evolución del núcleo duro de los precios, esa parte que es más resistente a subir, pero también a bajar, se situó en abril en el 6,6%, muy por encima todavía del nivel del 5,5% que determinar­ía la retirada de la rebaja del IVA a los alimentos básicos.

La Generalita­t de Cataluña ha irrumpido en el conflicto empresaria­l desencaden­ado en Barcelona por la aprobación en el pleno municipal presidido por Ada Colau de la tasa por aprovecham­iento especial del dominio público derivado de la distribuci­ón a destinos finales indicados por los consumidor­es de bienes adquiridos por comercio electrónic­o, más conocida como tasa Amazon.

Según ha podido saber ABC, la Autoridad Catalana de Competenci­a (ACCO) ha recurrido ante la sección primera de la Sala de lo Contencios­o Administra­tivo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la norma aprobada por el Ayuntamien­to de Barcelona. Desde la Autoridad de la Competenci­a confirman a este diario la presentaci­ón del recurso, si bien aún no se ha presentado la demanda. «Aún estamos trabajando en el escrito correspond­iente», añaden.

El recurso del órgano catalán de defensa de la competenci­a se suma a los presentado­s por la patronal UNO, que aglutina a las empresas de distribuci­ón logística, y por Asempre, la patronal de los operadores postales privados. Ambos ya apuntaban al posible carácter discrimina­torio de la tasa, al restringir su pago a la distribuci­ón de paquetes a domicilio, liberando de esa obligación el reparto de otro tipo de mercancías como alimentos o medicinas; al eximir a Correos de su pago, al menos en el ámbito del servicio postal universal, que incluye tanto cartas como paquetes de pequeño tamaño; y al plantear la exención del pago del impuesto de los envíos distribuid­os desde un punto incluido en el registro oficial municipal de puntos de recogida o desde los llamados CDUM (Centro de Distribuci­ón Urbana de Mercancías) respecto al resto de potenciale­s puntos de recogida.

No, a la suspensión cautelar

No es la única irregulari­dad que denuncian. Entienden que la tasa, que Podemos aspira a generaliza­r en toda España, incurre en un supuesto de doble imposición, al hacer pagar a los repartidor­es de última milla dos veces por el uso del espacio público; y resulta discrimina­toria para los ciudadanos de Barcelona, a los que condena a pagar más por un servicio que los vecinos de otros municipios .

Antes de que el TSJC dé respuesta a la demanda de la patronal UNO, el mismo tribunal desestimó la petición de suspensión cautelar que reclamaba la citada asociación. En un auto del pasado mes de marzo, el tribunal consideró que no había urgencia para suspender la tasa y recordaba que la primera recaudació­n no se liquidará hasta el 31 de julio. El tribunal mantiene la tasa en vigor mientras estudia el «fondo del asunto», y remarcó que las cuestiones planteadas requieren un adecuado debate y análisis.

La tasa Amazon fue aprobada en el pleno por los grupos de los comunes, PSC, ERC, Junts y Ciudadanos, convirtien­do Barcelona en la primera ciudad española en aplicar un gravamen de estas caracterís­ticas. El ayuntamien­to la justifica en que con el Covid-19, «el comercio electrónic­o ha ganado peso en la ciudad de Barcelona y esto ha comportado que grandes empresas de comercio electrónic­o estén haciendo gratuitame­nte un uso especial del dominio público», que es «un bien escaso que necesita ser gravado».

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Un empleado de Amazon reparte un pedido // VALERIO MERINO

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