El lunes, todos a la casa club
LÍNEA DE FONDO
El Rayo, que visita al Betis, está aún lejos, a seis puntos, pero una victoria le haría un nudo a la distancia, acortándola sólo a tres
EN el mundo del golf, en el profesional y en el de nolametesdesdemediometro, las inclemencias meteorológicas muy adversas son un factor coadyuvante para la suspensión de las partidas. No sólo la lluvia torrencial o el viento huracanado llevan a ello, sino que la simple sospecha de que sobre el campo pueda instalarse una tormenta con fenomenología eléctrica hace que suene la bocina y se avise a los jugadores de la conveniencia de resguardarse en la casa club. Los palos invitan a los rayos como las gambas a los políticos. De manera preventiva, no estaría de más que sonara ya el aviso al final de la Palmera. No se espera mal tiempo y sí buena y calurosa cara el lunes, pero un rayo cae fijo.
En una semana con muchas noticias, que se elevaron del césped, con la contratación de un reputado especialista en la puesta a punta del verde o la ilusionante eclosión juvenil de Assane Diao, a los despachos, donde Ramón Planes desgranó sus idem como nuevo director deportivo, no se habló mucho del balón. Pero pasado mañana los de Pellegrini tienen que expresarse sin tartamudeos y con un discurso convincente. Visita la casa verdiblanca un aspirante a arañarle su plaza clasificatoria. Está aún lejos, a seis puntos, pero una victoria le haría un nudo a la distancia, acortándola sólo a tres. Demasiado en juego para confianzas topográficas.
Llegarán al partido Betis y Rayo con singladuras similares en los últimos partidos. Ambos se oxigenaron con victorias en la última jornada, después de caer derrotados en la anterior. Incluso en sensaciones hacen tablas, pues tras un curso notable han surgidos dudas a raíz de los marcadores cosechados; tantas, cierto, como certezas de que los dos compiten incluso en las peores tardes del invierno y de las noches primaverales.
Una cita la del lunes en el Benito Villamarín, objeto del deseo por los estudios de arquitectura más afamados del mundo, con el buen fútbol. Ese que priorizan Pellegrini e Iraola. Por si hubiera tormenta, ya sabe la familia verdiblanca que se le espera, que se le necesita, sin excusas, en la casa club.