Una alegría total para el patrón Contador
▸ Davide Bais, ciclista del equipo propiedad del español, vence en la primera gran cima
CICLISMO / GIRO DE ITALIA
CLASIFICACIONES
Coronado tantas veces como campeón, Alberto Contador vive la otra versión como patrón y alma de un equipo. A su formación, el Eolo Kometa, le cuesta triunfar mucho más de lo que le costaba a él. Por eso un éxito como el de ayer, en el Gran Sasso, primera gran etapa de montaña del Giro, le sabe como un manjar de dioses al excorredor de Pinto. El italiano Davide Bais se impuso en la cima que conquistó Pantani.
El Eolo Kometa es el resultado de la cantera que propagó Contador cuando era ciclista. Un equipo construido desde abajo, con las escuelas de Pinto y chavales que se ilusionaron. Y que no encontró patrocinador español y tuvo que emigrar a Italia. No está en la primera división, es un equipo nodriza, que promociona corredores (Enric Mas es el caso mayor) y que se busca la vida en las invitaciones para participar en las grandes rondas
Eolo es un patrocinador muy potente en el ciclismo, sobre todo en Italia, y el equipo de Contador es un fiel reflejo de su jefe. Siempre en lucha, al ataque, con otras armas: el tesón, perseguir las fugas, inteligencia táctica. Hace dos años el Eolo justificó su existencia con la victoria de Fortunato en la llegada más emblemática de aquel Giro 21, el Zoncolan.
Allí venció el equipo invitado que suele ingresar en las fugas, que busca protagonismo desde el segundo escalón, que no desespera por más
ETAPA 7 (Gran Sasso) veces que la victoria se resista. Lleva 24 triunfos en seis temporadas, una cifra muy estimable.
Tres ciclistas modestos (Vacek, Petilli y Bais) cruzan los bloques de nieve del Gran Sasso con un castigo severo a la espalda. Son 210 kilómetros de escapada en una etapa de 218. Y se juegan la etapa porque la inapetencia se ha adueñado del pelotón. Situación extraña. Una llegada con todos los condicionantes (casi 40 kms de subida continua) que los candidatos al Giro desprecian.
Roglic no se mueve (tal vez no puede), a Remco Evenepoel no le interesa (sacará más tiempo en la crono), a Thomas no se le ve (Ineos no es equipo atacante), tampoco Kamma o Vlasov (Bora). Y el Gran Sasso lo sube un pelotón de cuarenta corredores. Inédito y casi inexplicable.
Por delante los tres fugados sueñan. Vaceck va descolgado o al ataque, pero no con los otros dos. Petilli parece el más fuerte por su ímpetu por cazar al checo. Y Bais deja hacer. A la hora de la verdad, Bais ha guardado más energías que nadie, ha sido más inteligente o simplemente tiene mejor tarde. Nadie lo alcanza. Así se lleva Alberto Contador una de sus mayores alegrías.