El espejo de nuestra Historia
TRAMPANTOJOS
En la nueva Galería de las Colecciones Reales reside cierta idea de España
ESTE verano, si logramos sobrevivir a este tiempo de desastres y sequía, habrá una gran noticia: la apertura de la Galería de las Colecciones Reales. En esos tesoros artísticos reside cierta idea de España, una especie de crónica de la gloria y el desastre que ha marcado nuestra Historia. Es cierto que las valiosísimas piezas comenzaron a reunirse con esa intención patrimonialista que marcó el coleccionismo real durante el Antiguo Régimen. Los tesoros no eran de los españoles sino del rey. El concepto democrático llegaría mucho más tarde. Pero, en el fondo, en ese vestigio de nuestro pasado hay un sello de la nación que nos provoca cierto pellizco de orgullo.
Confieso que no me conmueve el patriotismo de las banderas, ni de los himnos, ni de los ejércitos. Pero sí el patriotismo que puede esconderse detrás de un Velázquez, un Murillo o un Goya. Ahí sí siento España, con la misma pasión nacional con la que leo a Cervantes. Me enorgullece pasear por el Museo del Prado igual que intuyo ya la emoción cuando pueda visitar esa nueva Galería de las Colecciones Reales.
Existen varios momentos históricos en los que los tesoros españoles estuvieron en peligro. Por ejemplo, cuando durante la Guerra de la Independencia el mariscal Soult comenzó a reunir en el Alcázar de Sevilla los cuadros expoliados de las iglesias de la ciudad para crear un supuesto Museo Nacional en Madrid. La intención encubierta era llevar los cuadros a París. Y, en realidad, muchos de aquellos lienzos terminaron en la propia colección del mariscal en Francia.
Esa colección real es también fruto de cierto saqueo, de esa apropiación que los monarcas hicieron al confundir el patrimonio del país con el propio. Eso que desgraciadamente ha ocurrido hasta hace muy poco. Por eso, que ahora se abran las puertas de ese museo es una gran noticia para la cultura española. Esa colección ya forma parte de todos y se incorpora al orgullo artístico de este país con una historia tan triste como luminosa. Un espejo que nos devuelve zonas turbias y en penumbra, pero también claros y hermosísimos reflejos.