«La lentitud de la Justicia en Sevilla es una injusticia»
▸Dice que la huelga de jueces y fiscales no es sólo por cuestiones salariales sino para reclamar más medios que acaben con el atasco judicial y los retrasos de varios años en los juicios y resoluciones
Durante sus primeras guardias a la mallorquina Eva Mas, fiscal de Sevilla especializada en Vigilancia Penitenciaria y Extranjería y vocal del Consejo Fiscal, le paraban los miembros de seguridad de los juzgados para que pasara por el arco de seguridad. «Imaginaban a los fiscales como señores mayores, con bigote y cara desabrida, y yo entonces era joven, con rizos y rubia, y no pensaban que pudiera ser fiscal». Ella lo era y hoy, casi 25 años después, hay más fiscales mujeres que hombres en España.
—¿Qué es lo más importante que ha aprendido en este tiempo que lleva ejerciendo como fiscal?
—Lo más importante que he aprendido ha sido el tener siempre presente mi condición de servidor público y mi responsabilidad con el ciudadano. No perder ese enfoque es lo que garantiza la calidad de nuestro trabajo.
—¿Se ven injusticias en los tribunales que a veces le hierven la sangre?
—Sí. y la que más me rebela es la lentitud en la respuesta de la justicia.
—¿Una decisión judicial que tarda por ejemplo cuatro o cinco años en resolver una demanda por un despido improcedente o una pensión por invalidez es Justicia es de esas cosas que duelen a un fiscal o a un juez?
—Una Justicia lenta es una Justicia injusta. Cuando llego a un juicio y veo hechos del 2014 y falta un testigo, piden la suspensión y hay que dar cita para dentro de un año y a lo mejor la víctima está pendiente de cobrar una indemnización por el delito cometido es una situación que me entristece; o bien cuando alguien espera que se resuelva un juicio por alcoholemia en el que murió un ser querido y ha de esperar más de 4 años al juicio, contar con una sentencia es la forma de empezar el duelo o de terminarlo.
—¿Y le duelen más esas injusticias ahora o cuando empezaba?
—Creo que los profesionales de la Justicia no podemos inmunizarnos contra esto. Cuando comienzas, eres más idealista; y es cierto que luego te haces más realista. Y más tarde, más escéptico. Y de mayor dicen que te vuelves místico. Yo estoy aún en la primera fase pero recuerdo que cuando empecé pensaba que esto se iba a solucionar. Y cuando vas cumpliendo años y ves que esa lentitud no sólo sigue sino que se acrecienta, y que esas injusticias se repiten, es cuando te desesperas y te llevan los demonios.
—-¿Ha vivido en estos 25 años un situación tan compleja y delicada como la que vive la Justicia en este momento?
—La carrera judicial es vocacional y creo que todos, o casi todos, sabemos que va a suponer sacrificios que luego se compensan con las cosas que consigues en esa condición de servidores públicos. Pero es verdad que la situación se ha ido enquistando y ahora mismo estamos quizá en peores condiciones que nunca para atender la litigiosidad actual. Somos la hermana pobre de la Administración. La crisis de 2008 nos hizo mucho daño y hubo una gran detracción de retribuciones, no es sólo por eso por lo que fiscales y jueces nos hemos plantado, es también y sobre todo por la falta de recursos que provocan esa lentitud.
—Algunos magistrados eméritos y juristas sostienen que jueces y fiscales no tienen derecho a hacer huelga. ¿Qué opina?
—Es cierto que no está regulado este derecho pero tampoco está prohibido. En cierto modo, esta convocatoria de huelga es un brindis al sol porque sabemos que el trabajo sigue entrando y que te vas a ir a casa y te lo vas a seguir llevando en la mochila. Es algo testimonial pero algo tenemos que hacer.
—¿Qué efectos tendría la huelga, de llevarse a cabo, en el atasco judicial actual tras la huelga de dos meses de los letrados?
—Sería tremendo, no quiero ni pensarlo. Pero como soy optimista confío en que habrá un acuerdo. La Justicia en España ha ganado lamentablemente la medalla de oro de la lentitud. La situación es muy precaria desde 2008 y el incremento de la litigiosidad y de la criminalidad ha sido exponencial.
—Más de 109.000 sentencias se quedaron sin ejecutar en 2022 en Sevilla, según la última memoria del TSJA.
—Los jueces trabajan con una sobrecar
Eva Mas Fiscal de Vigilancia Penitenciaria y Extranjería de la Fiscalía de Sevilla