ABC (Sevilla)

El Juli se impone al triunfalis­mo

▸ Cortó dos orejas, que pudieron ser cuatro si el presidente no niega lo que confirió a Roca

- JESÚS BAYORT FERIA DEL CABALLO

Era la tarde de Roca Rey, y bastaba con darse un garbeo por los alrededore­s de la Plaza de Toros de Jerez para intuirlo: sin huecos para aparcar, para tomarse un café, para sentarse en el tendido. Con su inexorable cartel de ‘No hay billetes’ debajo del brazo, que sólo él y José Tomás han sido capaces de lograr en esta tierra en los últimos lustros. Y también se palpaba en el palco, tan generoso con el peruano como tacaño con Julián López ‘El Juli’, que estuvo intratable, suelto entre látigos. «¡Fuera, fuera, fuera!», le gritaban a la presidenci­a tras negar la segunda oreja del cuarto, que hubiera sido la tercera de la magistral tarde del madrileño. Al que ya había denegado una segunda en su primero. Que por lo tanto, pudo salir con cuatro, las mismas que Roca Rey, con la mitad de contenido artístico. La clave, imaginamos, estaría en la comparació­n entre estocadas, que ponderaban negativame­nte hacia el maestro.

Era el único argumento con el que podrá justificar el usía su desprecio a la magistral lección del madrileño ante el violento Delicado, que hizo de todo menos rendir honor a su nombre. Imposible para el capote –donde desistió el maestro–, con mucho motor para la muleta. Que desarrolló tras la limitada y acertada lidia de Álvaro Montes,

PLAZA DE TOROS DE JEREZ.

Sábado, 13 de mayo de 2023. Tercer festejo de la Feria del Caballo. Lleno de ‘No hay billetes’. Se lidiaron toros de Jandilla, con poca entrega y demasiada violencia.

de gris perla y azabache. Estocada muy trasera y caída (oreja); estocada trasera casi entera (oreja).

de burdeos y azabache. Aviso tras pinchazo y casi entera (silencio); dos pinchazos y estocada (ovación).

de blanco y plata. Estocada (dos orejas); estocada

(dos orejas).

EL JULI, JOSÉ MARÍA MANZANARES, ROCA REY,

sin complicars­e, sin sufrir. Lo desbravaba Juli en una apertura genuflexa, muy por abajo, como la continuaci­ón, ya vertical. Que se colocaba en la pala del pitón, siempre sometiendo, con el de Jandilla perdiendo las manos del ímpetu con el que trataba de embestir. Y terminó logrando, a base de su virtuosa capacidad, trazarlo en líneas largas y profundas, arrebatado en su expresión. Tan vibrante fue aquello como la petición de oreja, y la posterior bronca contra el doble rasero presidenci­al.

Un huracán pasó por el ruedo jerezano en mitad de su primera faena. Con Pecador, altón y desproporc­ionado, que cambió de estilo entre su salida y su final. Con celo, fijeza y a saltos en el capote; al límite de raza, distraído y con mucha clase en la muleta. Que embestía de una vez, muy limpia su arrancada, con un son de categoría. Agradecien­do la suavidad por encima de la brusquedad, cuando menos se despegaba de los engaños. Alcanzó momentos muy templados El Juli, con media muleta recogida, ceñida a la botonadura. Más correoso era por el lado izquierdo. Fíjense, ahí acertó el presidente al limitar el conjunto a una oreja, pese a la petición de la segunda, tras la horrenda estocada.

Aunque si tenemos en cuenta lo de Roca –incómodo con su primero, triunfalis­ta en su segundo–, que se llevó dos peludas de cada toro... Pese a su desasosieg­o con Virtuoso, el tercero de la tarde, su destreza y maneras eran otras de las que acabábamos de presenciar con un desbordado e incapaz José María Manzanares, que mejor dejaremos para el final. Virtuoso traía la virtud de sus hechuras: especialme­nte bajo, con cuello y proporcion­ado, aunque algo embrutecid­o tras sus cinco primaveras en el campo. Por muy bonito que parecería, careció de entrega. Más bruto aún en su comportami­ento que en su tipo, pasando un mal rato Viruta con el capote, cuando sólo un milagro lo libró tras tropezar y quedar a su merced. Clavó los pitones sobre el capote caído, como también clavó, a modo de gran virtuoso, Chacón las banderilla­s. Haciendo fácil lo difícil, adaptándos­e a cada terreno. Trató de darle distancia y líneas paralelas Roca con la muleta, que no pasó de voluntad ante la cada vez más violenta embestida del de Jandilla. Que nunca demostró la nobleza que parecían decir los mil y un varetazos que traía en su lomo. Impactó en la cercanía y lo bordó con la espada, atacando en corto. Más violento que el toro. Dos orejas, que podrían haberse quedado en una. Menos clase tuvo el sexto, que sólo tenía favorable la alegría y prontitud inicial, que se fueron apagando. Más suelto se mostraba el peruano, que, sin material, optó por la cercanías en los terrenos de sol. Desafiando a los tendidos, al toro, al que volvió a asar con la espada. Al que volvió a desorejar. Ya saben, era la tarde de Roca Rey y eso pondera por encima del resto de circunstan­cias...

Mazanares, para quitarse

«¡Manzanares, guapo», le gritaba una señora mientras bandeaba el alicantino con la muleta a Ablegado, el castaño segundo, proporcion­ado, aunque fuerte. Aquello era lo mejor que le podían decir a su faena, tan incomodado ante las protestas y falta de estilo de su primero de Jandilla. Entre tirones, enganchone­s y falta de ajuste se extendió una larga faena en la que el alicantino demostró su mal momento en un feísimo «¡tápate!» que le soltó a su banderille­ro cuando éste trataba de ayudarle en un desarme. Pinchó antes de dejar una estocada casi entera. No mejoró su imagen ante Tramposo, que parecía más fino en su alta estampa, abrochado en su blanca cuerna. Su falta de acierto terminó desesperan­do a los tendidos, que incluso le tocaron palmas por tango. Tras pinchar dejó una letal estocada.

 ?? ?? Roca Rey se dejó llegar a sus dos oponentes al bordado de su taleguilla
Roca Rey se dejó llegar a sus dos oponentes al bordado de su taleguilla
 ?? ?? Profundo y encajado natural de El Juli al primero de Jandilla // FOTOS: PACO MARTÍN
Profundo y encajado natural de El Juli al primero de Jandilla // FOTOS: PACO MARTÍN

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain