Alcaraz vuelve a ser el número uno
▸ El murciano gana en su estreno en Roma y desbancará a Djokovic al acabar el torneo
Carlos Alcaraz sigue sonriendo, ahora de nuevo desde la cima. Vuelve a ser el número uno del tenis mundial después de estrenarse en el Masters 1.000 de Roma con una victoria contundente sobre Albert Ramos. En realidad, no le hacía falta ni ganar. Solo con saltar a la pista y jugar la primera pelota ya tenía asegurados 25 puntos, 19 más de los necesarios para superar en el ranking a Novak Djokovic. Pero una derrota hubiera deslucido el logro del murciano y su intachable recorrido en tierra batida. Ahora, además, tiene el incentivo –más moral que práctico– de llegar a Roland Garros como primer cabeza de serie.
En Roma, un torneo en el que nunca había estado y que le recibió como una estrella, siguió la misma senda que le llevó a ganar en Barcelona y Madrid. Es Alcaraz un tenista de enorme contundencia, al que cuesta meter en problemas salvo cuando él mismo abre un resquicio para ello. Ante Ramos ocurrió en el primer juego del partido, en el único break que se permitió el de El Palmar. Tal vez por el cambio de condiciones –de la altura y la rapidez de Madrid a la lentitud de la pista del Foro Itálico, casi al nivel del mar–, Alcaraz pagó con rotura ese mal inicio coronado con una doble falta.
Era el cuarto enfrentamiento entre ambos tenistas, todos sobre arcilla, y aunque Alcaraz siempre había impuesto su ley, la zurda de Ramos siempre le había generado problemas.
Ese primer break en contra pudo recuperarlo ya en el segundo juego, pero desperdició las tres opciones de las que dispuso. Aún no había conseguido en
MASTERS 1.000 DE ROMA
granar su juego. Fue a la siguiente oportunidad cuando logró hacerlo por fin. También ajustó su saque hasta llevar su porcentaje de primeros por encima del 80 %. Ramos solo lograba imponerse cuando los puntos se alargaban más de la cuenta o en los contados errores de Alcaraz. Eso le dejaba poco margen.
Una nueva rotura en el décimo juego decidió la suerte del primer set. Y casi del partido. La resistencia de Ramos se vino abajo en la segunda manga y el partido se convirtió en un camino de rosas para celebrar en paz ese nuevo ascenso a la cima del tenis. Un 6-1 rapidísimo (33 minutos) para un total de 1 hora y 26 minutos sobre la central del Foro Itálico. Son ya 12 victorias consecutivas para él, 30 de 32 posibles en una temporada casi de ensueño en la que ya ha levantado cuatro trofeos.
«Diría que soy un jugador totalmente diferente a hace solo un año», explicaría después. «He madurado y leo mejor los partidos». En tercera ronda le esperan Jiri Lehecka o Fabian Marozsan, contra los que nunca ha jugado. Otra oportunidad de seguir creciendo.