El Betis, al borde del precipicio
▸Los verdiblancos caen con el Covirán Granada y quedan abocados a una situación límite para la última jornada
mentablemente sin feeling en el tiro de tres, protagonizaba un costa a costa eléctrico que coronaba con un mate salvaje (32-28). Casimiro reaccionaba para atajar el problema interior y recuperaba a la pareja Tyson-Gerun pero no prescindía de Maronka, al que situaba como alero. Y el húngaro respondía con una nueva diana perimetral tras asistencia de Montero (35-32), que luego convertía también un triple tras pase extra para que Tyson Pérez ampliase a seis la ventaja (40-34) y el Betis se diera un pequeño respiro. Mínimo. Montero canjeaba una asistencia de Pargo y el caribeño, desde el tiro libre, dejaba al descanso el 46-41.
Con ocho arriba, el Betis tiró a la basura un ataque, sin levantar ni el tiro, para ponerse a diez y Maye agradeció la dádiva clavando un triple (50-45). Estaba muy enchufado B.J. Johnson, que incluso braceaba en dirección al público pidiendo calor, ánimo, la energía del sexto hombre. El alero producía en ataque y el Betis seguía sumando puntos rebañando el rebote ofensivo. En plena anarquía, con juego de ida y vuelta y sin control, el conjunto bético confundía la aceleración con la precipitación marrando no menos de tres ataques para estirar hasta la decena la ventaja. En lugar de eso, el Granada descontaba (58-54) jugando con cuatro pequeños y Maye de falso pívot. Cvetkovic y Tyson descerrajaban de tres (64-56) cuando Thomasson, una flecha, tomaba ya los mandos de su equipo, absorbiendo juego y tiros por doquier. Nadie lo ataba en corto.
Tampoco a Maronka. Le bastaron 1,7 segundos para levantarse y clavar un triple desde la esquina (66-57) que ya sí provocó el tiempo muerto nazarí. Otra vez reaccionó el Covirán... por los errores propios del Betis, que regaló dos pelotas increíbles, ambas de Montero, para volver a la casilla de salida (67-64). Jugaban con fuego los verdiblancos, que no demarraban, hasta que un triple de Bropleh lo igualaba a falta de diez minutos (67-67).
Thomasson, determinante
El Betis había entrado en barrena. Iriarte y Bropleh ampliaban a cuatro (6771) mientras los verdiblancos se empecinaban en el tiro exterior. Bropleh, en ignición, asestaba otro triple y culminaba un parcial de 1-17 que colocaba a los chicos de Casimiro contra las cuerdas (67-74). El exalero verdiblanco llevaba ya 20 puntos. Con su equipo en estado de shock, Casimiro pidió tiempo. Ante las dificultades para anotar, el Betis picó piedra en el rebote y así lijó la distancia (71-74) a falta de seis minutos, pero el Covirán estaba ya cada vez más sólido y acertado.
Thomasson y Pere Tomás subían la apuesta (71-80). Y aunque Montero metía una canasta prodigiosa con adicional (77-81), Thomasson continuaba anotando todo lo que le llegaba a las manos. Todo. Su obra de arte, un recital mayúsculo al que colaboró la deficiente defensa de los verdiblancos, la culminó con una canasta tras reverso en las mismas narices de Montero, al que le había hecho un traje.
Ahí se acabó un partido que deja al Betis Baloncesto pendiente de una heroicidad o de que sus rivales fallen el día decisivo... como lo hizo él anoche. Su continuidad en la ACB pende de un hilo. Para mantener la categoría tendrá que ganarle al Real Madrid en su pista o bien, en caso de derrota, esperar a que el Covirán Granada lo haga en su casa con el Joventut. Vayan rezando todo lo que sepan.
El Betis Baloncesto tendrá que ganarle al Real Madrid a domicilio o esperar, en caso de derrota, a un revés del Covirán con el Joventut