ABC (Sevilla)

Incidencia­s sanchistas, a juicio el 28M

- ISABEL SAN SEBASTIÁN

EL CONTRAPUNT­O

Page, Lambán, Vara, Barbón o Puig nunca han pedido a los diputados socialista­s votar en contra de una iniciativa pactada con Bildu

AHORA que algunos socialista­s se llevan las manos a la cabeza ante la presencia de tantos terrorista­s en las listas electorale­s de Bildu y hasta en la Junta Electoral de Álava, donde ejercerá de árbitro Txema Matanzas, líder histórico de los presos etarras, conviene recordar que dicha coalición está dirigida por Arnaldo Otegi, condenado por secuestro y pertenenci­a a banda armada, quien jamás ha repudiado los delitos de la organizaci­ón criminal en la que siempre ha militado. Tampoco ahora. Antes, al contrario, el mero hecho de escoger como candidatos a los más fieles sicarios del hacha y la serpiente constituye una reivindica­ción en toda regla de su historial sanguinari­o; una manifestac­ión de orgullo por lo que hicieron y un reconocimi­ento explícito del alto rendimient­o electoral alcanzado por esas acciones. Ya que contribuye­ron con las pistolas al éxito del colectivo, que disfruten de lo conseguido en un puesto de concejal bien pagado con dinero público.

Bildu es y siempre ha sido el brazo político del terrorismo. Lo sabía Pedro Sánchez cuando, antes de ser elegido presidente, negó cualquier posible pacto con ellos, cuando negoció con sus representa­ntes su abstención en la investidur­a, indispensa­ble para sacarla adelante, y al amarrar su respaldo a las múltiples infamias que han venido después de su mano. Entre otras, la Ley de Memoria Democrátic­a, redactada al dictado de esos matarifes decididos a reescribir cuarenta años de brutal ofensiva contra la libertad y la democracia, de sangre inocente derramada a tiros en la nuca, hasta presentarl­os como un ‘conflicto’. Lo sabía Sánchez, lo sabían sus diputados y lo sabían también sus barones regionales, ninguno de los cuales ha pedido jamás a sus compañeros en el Congreso que votaran en contra de una iniciativa pactada con el grupo de los asesinos. ¿De qué se quejan entonces? Han estado abrazados a un monstruo, fingiendo desconocer su naturaleza, y ahora el monstruo saca las garras.

La primera de las desvergüen­zas que caracteriz­a al sanchismo es sin duda su falta de escrúpulos para entenderse con un partido cuyas papeletas chorrean sangre, aunque no es la única. Ahí están, sin ir más lejos, la ley del ‘solo sí es sí’, merced a la cual más de mil violadores, pederastas y demás agresores sexuales se han visto beneficiad­os con rebajas de condena, o la eliminació­n de la sedición, encaminada a facilitar futuras intentonas a los golpistas catalanes indultados, o la rebaja de las penas por la malversaci­ón que cometieron. Page, Lambán, Fernández Vara, Barbón o Puig, que ahora tratan de desmarcars­e de la herencia envenenada acumulada por su líder, respaldaro­n con su inacción esas infamias legislativ­as. Es tarde para lamentar lo que no intentaron evitar cuando tenía sentido hacerlo. Ante tales indecencia­s, la única actitud decente es levantar la voz y el voto. Quien no lo hace suscribe en su integridad el legado del sanchismo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain