El barco encargado de bajar al Pitanxo renunciará en horas si no firma el contrato
▸ La adjudicataria de la misión denuncia la dejadez del Gobierno: «Estoy perdiendo 40.000 euros al día»
La expedición a Terranova para descender a los restos del Villa de Pitanxo e indagar en las causas del naufragio que le costó la vida a 21 marineros en febrero de 2022 pende de un hilo. Con todo listo para partir hacia aguas canadienses esta misma semana, la empresa adjudicataria de la misión —la gallega ACSM Shipping— anunció ayer que, de no sellar el contrato con el Ministerio de Transportes, en horas abandonaría el puerto de Vigo, donde llevan días amarrados. Fue el gerente de la misma, José Cubeiro, el que elevó la voz para afear al Gobierno central que el mismo día que expiraba el plazo para formalizar el acuerdo nadie se hubiera puesto en contacto con él. «Lo previsto era zarpar esta semana, pero no hemos firmado nada y el tiempo acaba hoy [por ayer]», indicó en declaraciones a ABC el responsable del barco, con una plantilla de 38 personas a bordo. «Esto a mí me está costando un pastón, unos 35.000 ó 40.000 euros al día, que tengo que asumir yo de mi bolsillo», lamentó ante la falta de diligencia del Ministerio de Transportes.
La queja de la empresa seleccionada para descender al Pitanxo, enterrado a unos mil metros de profundidad desde hace quince meses, se suma al tirón de orejas que la Audiencia Nacional le dio la pasada semana al Gobierno central, al que acusó de organizar esta salida a espaldas del juzgado competente. A través de un oficio al que tuvo acceso este diario, el juez Ismael Moreno, responsable del Juzgado Central número 2, exigió al ministerio que «de forma urgente» aportase «la documentación relativa a la contratación y adjudicación» de la bajada que, les recordó, fechará el propio juzgado en coordinación con la empresa. También depende del juzgado la selección de los peritos que deben acompañar a la expedición para garantizar, entre otras cosas, la cadena de custodia de las grabaciones y de las pruebas que se puedan obtener sobre el suceso, en fase de instrucción por 21 presuntos delitos de homicidio imprudente.
Por el momento, todos los focos siguen puestos en el muelle de comercio del puerto olívico, donde el buque Ártabro está listo para salir «mañana mismo si hace falta». «Yo no sé absolutamente nada. Deberíamos tenerlo todo firmado ya, pero las cosas están como están. No tenemos notificación de nada y el barco sigue en Vigo con unos costes terribles diarios», lamentó el responsable de la empresa, que pone sobre la mesa el desembolso diario en «nóminas, técnicos, equipos... no es una broma». Desde ACSM revelan además que la empresa dejó otros trabajos para hacerse cargo del descenso al Pitanxo, licitado por 3 millones de euros a través de un procedimiento de urgencia que se publicó en marzo pasado después de meses de espera y lucha por parte de las familias de las víctimas.
Las familias de las víctimas afean al Ejecutivo central que no traslade al juzgado la documentación sobre el descenso al pecio
En tiempo de descuento, e incrédulo ante la falta de respuesta por parte del Ejecutivo central, Cubeiro dejó claro que la resolución a este entuerto es cuestión de horas. «No podemos esperar mucho más; si no se firma de manera inmediata, como mucho mañana [por hoy] tendremos que tomar decisiones», aseguró. Las familias de las víctimas, que son conscientes de que la misión debe llevarse a cabo antes de que la ventana de buen tiempo en la zona del accidente finalice, se reunirán hoy de urgencia con el delegado del Gobierno en Galicia para aclarar la falta de coordinación entre el ministerio y la Audiencia Nacional. «No entendemos esta falta de traslado de la información. Todos sabemos que la bajada es una prueba que está judicializada y ya no es solo este oficio remitido a la Ciaim (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos), es que hace meses se les requirió que diesen traslado de todo lo relativo a esta operativa y no lo han hecho. Estamos alucinados», afirmaron ante la deriva del caso.
Un solo investigado
Sin fecha para una prueba clave en el caso, el patrón del buque gallego sigue siendo el único investigado por la muerte de buena parte de su tripulación. Solo él, su sobrino y un tercer marinero salvaron la vida aquella madrugada, en la que las víctimas apenas tuvieron margen para reaccionar. El capitán, Juan Padín, asegura que el barco se fue a pique porque el motor se paró de forma repentina. Su sobrino lo apoya, pero el tercer supervivientes, el ghanés Samuel Kwesi, culpa a Padín de negarse a soltar las redes cuando un aparejo se estropeó y el barco empezó a escorar. El Pitanxo, testigo mudo de la tragedia, espera anclado en el fondo del mar para dar su versión sin que, por el momento, nadie se acerque a escucharlo.