Visita real a las tripas de la aviación militar
Felipe VI se reencuentra en la Maestranza Aérea de Sevilla con la avioneta de instrucción con la que pilotó por primera vez cuando era alumno de la Academia General del Aire
ESILVIA TUBIO l Rey Felipe VI visitaba ayer la Maestranza Aérea de Sevilla, una de las tres maestranzas que forman parte del Ejército del Aire. Bajo esta denominación se integran las unidades encargadas del mantenimiento de los aviones militares y su Majestad ha elegido la unidad con base en Sevilla para conocer el trabajo que se realiza en estos talleres.
La elección no es caprichosa porque la Maestranza Aérea de Sevilla (MAESE) está ligada a Tablada, que ha celebrado recientemente su centenario. En 1920, el Rey Alfonso XIII firmaba el decreto para la creación de las primeras bases aéreas españolas y tres años después, el bisabuelo del actual monarca, inauguraba oficialmente unas instalaciones que forman parte de la historia de Sevilla. Este martes, tras la visita a los talleres que tiene la MAESE en la zona militar del aeropuerto de San Pablo, su Majestad se desplazó a Tablada en helicóptero para inaugurar un monolito en recuerdo de su bisabuelo.
A las diez de la mañana, el Rey llegaba en un helicóptero Súper Puma a las instalaciones de San Pablo. Lo esperaba junto a los hangares el jefe del Estado Mayor del Aire, Javier Salto Martínez-Avial. Tras un breve briefing con los mandos, Felipe VI visitó tres talleres que son claves en las capacidades que presenta la Maestranza Aérea de Sevilla: el que se dedica al tratamiento técnico superficial de las aeronaves, el de neumática y hélices. Los tres son únicos dentro de la estructura del Ejército del Aire y, por tanto, son los que se encargan del mantenimiento en esas áreas de toda la flota aérea militar española.
Al año pueden pasar por los talleres de Sevilla una media de diez aeronaves, unas 150 palas y 60 hélices de media. Durante el recorrido, el Rey tuvo la oportunidad de reencontrarse con la misma avioneta con la que hizo sus primeras prácticas como alumno de la Academia General del Aire de San Javier (Murcia). Se trata de una ECO26, un modelo que este año será dado de baja y que ya está siendo sustituido progresivamente por el Pilatus de fabricación suiza
Los periodistas esperaban que el monarca se subiera a la aeronave en la que se formó y completó sus primeras horas de vuelo a finales de los 80, pero al final la fotografía no fue posible.
La visita concluyó junto a uno de los dos A400M que han entrado en revisión en este centro sevillano. En la MAESE se está poniendo a punto en estos momentos al primer modelo que recibió hace seis años el Ejército y que por su tiempo de servicio y horas de vuelo tocaba que realizaran una parada técnica. Esta unidad es cabecera técnica, además, del C295, que es otro de los aviones de transporte y lo ha sido hasta su baja de servicio de los Hércules y los P-Orion. Además es depósito responsable de más de 150.000 artículos de los sistemas de armas de la aviación militar española.
En los talleres de San Pablo hay unos 500 trabajadores entre personal civil y militar. Además, cuenta con más de un centenar de personas de apoyo técnico, procedentes de empresas que les dan soporte. Entre estas firmas se encuentran Indra, ITP, IT y Airbus.
La Maestranza Aérea de Sevilla le debe mucho al aeropuerto de San Pablo. Cuando se perdió la pista de aterrizaje de Tablada –por la ejecución de la SE30– y, por tanto, su condición de base aérea, inicialmente los talleres iban a trasladarse íntegramente a otras bases con hangares conectados a pistas. En 1995, la MAESE recuperaba esa operatividad al abrirse los hangares de uso militar en el aeropuerto sevillano.