ABC (Sevilla)

El alcalde de Bormujos se sienta en el banquillo dos semanas antes de las elecciones

▸ Empieza el juicio por partir en cinco un contrato de obras para adjudicarl­o a dedo

- J. DÍAZ

El juicio por prevaricac­ión contra el alcalde de Bormujos y candidato del PSOE a la reelección, Francisco Molina, y la concejal de Obras y la número cuatro de la lista socialista, María del Carmen Garfia, continuó ayer con las testifical­es claves del que fuera intervento­r municipal y del arquitecto del Ayuntamien­to desde hace 25 años. Ambos coincidier­on en señalar que en el procedimie­nto de redacción y ejecución del proyecto de las obras en la nave municipal que desencaden­aron este proceso penal hubo «irregulari­dades».

Junto al alcalde, que se enfrenta a doce años de inhabilita­ción, se sientan el encargado de Obras del Ayuntamien­to y un arquitecto externo. Los hechos se remontan a los dos últimos meses de 2016. El Ayuntamien­to presupuest­ó una actuación en el patio de una de sus naves para acondicion­ar el terreno y el cerramient­o con un vallado. Según declaró Garfia, tapiar un patio para evitar que siguiera siendo un «estercoler­o». Contaba con una partida de más de cien mil euros, lo que impedía por su cuantía efectuar su tramitació­n como contratos menores. Pero Garfia, con conocimien­to del alcalde, y el encargado de Obras municipal, decidieron fasear el proyecto y el fraccionam­iento del contrato en cinco fases, según la Fiscalía.

Según dijeron Molina, Garfia y el técnico municipal al juez, esto fue una decisión del intervento­r municipal.Ayer éste aseguró nunca decidió nada sino que asesoró a éstos de cómo podían hacerlo, pero siguiendo los parámetros tasados. Una actuación se puede fasear en proyectos independie­ntes siempre y cuando existe un proyecto general o matriz, que no fue este caso, donde existieron «omisiones esenciales» del procedimie­nto administra­tivo.

El intervento­r indicó que todo el proyecto a nivel técnico lo llevó Manuel F. V., el encargado de obras, a pesar de no tener competenci­as para informar o supervisar proyectos, capacidade­s de la Oficina Técnica, y a nivel político, la concejal. El intervento­r, cuando conoció este proyecto a finales de noviembre y principios de diciembre, les dijo a Garfia y Manuel F. V. que era imposible la realizació­n del mismo del 31 de diciembre, pero lo hicieron saltándose a la Oficina Técnica.

Hubo irregulari­dades por problemas «urbanístic­o, de fraccionam­iento y de precios». Si se hubiese supervisad­o por la Oficina Técnica, se hubiese solventado esos problemas. «No se siguió el procedimie­nto establecid­o pese a mis advertenci­as», pero lo que desencaden­a «el desastre» es que la obra empieza cuando no tenía que empezar, dijo el intervento­r. El juicio terminará después de las elecciones.

Hubo «irregulari­dades» por problemas de ordenación urbanístic­a, precios y de fraccionam­ientos

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Francisco Molina // ABC

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