Éxitos educativos
SIN PUNTO Y PELOTA
En nombre de una supuesta justicia social educativa se hacen reformas que aumentan las desigualdades
EL Gobierno quería a maestros de Primaria peor preparados, pero con cursillos de ideología de género. Cualquier análisis del retroceso de los niños españoles de 10 años en la prueba internacional Pirls, que analiza su comprensión lectora, debe tener en cuenta la seriedad con la que el Gobierno de Pedro Sánchez se toma el asunto. Solo la reacción de los decanos de Magisterio, escandalizados con una propuesta de currículum que quitaba horas de Matemáticas y de Lengua, paralizó la reforma propuesta por Universidades.
Los resultados de Pirls, lejos de ser una sorpresa, subrayan una tendencia irreversible desde hace lustros. Los niños cada vez entienden menos lo que leen y los mayores, hay que admitirlo, tampoco es que estemos muy duchos. El Reino Unido, sin embargo, anda estos días presumiendo de resultados. El sistema británico da mucha importancia a la escritura y a la lectura, a los comentarios de texto más que a los análisis sintácticos. En España, puede ocurrir que los niños de Primaria lleguen a adolescentes capaces de hacer un análisis de una frase sin tener ni pajolera idea de qué quiere decir. Muchos padres nos preguntamos de dónde surge ese ‘lobby’ que prefiere cambiar los nombres a los complementos circunstanciales a que los alumnos se dediquen a leer y a comentar los textos.
El pedagogo y filósofo Gregorio Luri explica que el fracaso escolar comienza cuando los alumnos «dejan de aprender a leer y pasan a aprender leyendo». En ese punto, son bastantes los que se despeñan académicamente. En el Reino Unido, cuarto en Pirls, los maestros de Primaria están preparados para enseñar a leer a distintos ritmos en la misma clase, asegurándose de que los que pueden ir más rápido, vayan y de no dejar en la cuneta a los que les cuesta más. ¿Tenemos aquí a los mejores enseñando en esa etapa?
La Administración tiene en su poder miles de datos para diagnósticos precisos. Ayudaría tener una reválida nacional al final de cada etapa. Ahí se podrían detectar qué colegios y comunidades lo hacen mejor y compartir experiencias. José Ignacio Wert fue el último ministro de Educación que se atrevió a hablar de ese tipo de pruebas, finalmente descartadas. La izquierda decía que eran franquistas, aunque nacieran en la República. Ese es el nivel de comprensión de la educación que tenemos. En Pirls también se constata un aumento de la desigualdad de resultados por clase social. Me he acordado de una viñeta de El Roto en la que una pareja adinerada le dice a un invisible pueblo trabajador: «No hace falta que vuestros hijos estudien, ya lo hacen los nuestros».
Esa es la historia de la educación en España de las últimas décadas: en nombre de una supuesta justicia social educativa se hacen reformas que aumentan las desigualdades. Ha pasado también con los cursillos de igualdad: la generación que más los ha recibido nos ha salido más machista, según el estudio de FAD de hace unos días. Grandes éxitos educativos. Pero no quieren estudiar las causas. Hay demasiadas personas viviendo profesionalmente de los fracasos.