Me quedo frío
el proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Sevilla, Emasesa, el Parque Tecnológico Cartuja, Universidad de Sevilla, Csic y la Fundación Innovarcilla, había costado cinco millones de euros, que fueron cofinanciados al 80 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, así como que las obras, que se habían iniciado en junio de 2021, finalizaron el pasado mes de septiembre. Nada hacía indicar que el antiguo auditorio de la Expo 92, reconvertido en «el primer laboratorio ciudadano de Andalucía», se volvería a acordonar sine die. Al menos, nada de eso dijeron durante su presentación.
Se explicaba por aquel entonces que un consejo rector sería el órgano responsable de admitir a los socios usuarios, de aprobar su plan de acti
Con lo que ustedes están leyendo, el Cartuja Qanat, ese oasis urbano diseñado como ejemplo de investigación para favorecer la lucha contra el cambio climático y aportar ideas para rebajar los cuarentaytantos grados de nuestro tórrido verano, ha cumplido su función: Nos ha dejado fríos a todos los sevillanos, como un témpano. Dos días después de su inauguración se cerró: Sevilla. vidades y de aplicar el reglamento de régimen interno. Por su parte, la Universidad de Sevilla aportaría su personal docente e investigador, así como la infraestructura científico-técnica y administrativa. Esto se dijo, y así sigue constando en la página web del Ayuntamiento de Sevilla.
A la espera del visto bueno
Fuentes de la Hispalense, confirman que el Cartuja Qanat «ahora mismo está parado», a la espera de las «comprobaciones de los representantes del proyecto marco europeo». Por su parte, desde el Ayuntamiento de Sevilla explican que durante este tiempo se han realizado «pruebas continuas» de los sistemas de robotización de las instalaciones, recibiendo visitas de técnicos y profesionales, y que «desde el 1 de abril, coincidiendo con la subida de las temperaturas, están investigadores de la Universidad de Sevilla y de la Fundación Innovarcilla validando en el interior el funcionamiento del sistema de refrigeración natural con pruebas termodinámicas», que «son necesarias en aras a la justificación de la subvención recibida por parte de la Unión Europea».
La cesión de Emasesa
Explican que Emasesa ha aprobado ceder el espacio al Ayuntamiento para su gestión, pendiente de la firma electrónica. En concreto, el acta de entrega señala que «finalizadas las actuaciones previstas en el marco del Proyecto que corresponde realizar y aportar a Emasesa, y probada la viabilidad técnica de las soluciones de utilización de los sumideros de calor, procede la entrega y puesta a disposición de dichas infraestructuras realizadas al amparo del proyecto Cartuja Qanat al Ayuntamiento de Sevilla, como autoridad urbana principal del proyecto, para que consiga una máxima explotación mediante la gestión del espacio, así como la implantación , difusión y replicación de estas tecnologías».
Pese a esta explicación, la imagen que ofrece tanto el Cartuja Qanat, otrora auditorio de la Expo 92, como su entorno es de absoluto abandono. Aun así, fuentes municipales aseguran que «las instalaciones se entregan en condiciones óptimas de uso al Área de Empleo e Innovación Social y se podrá gestionar la apertura al público, las clases magistrales de la Universidad de Sevilla, el espacio para startups del parque tecnológico y el Laboratorio Ciudadano previsto por el Área de Innovación Social, entre otras iniciativas» previstas en este proyecto.
ADRIANO
La Universidad de Sevilla asegura que el proyecto se encuentra «parado», pese a su compromiso de aportar personal docente