Primer objetivo: desafección socialista
▸El PP considera que hay que poner el foco en dificultar la condición de elegibles a condenados por terrorismo y no tanto en la ilegalización de Bildu
El PP estima que el protagonismo que tienen en la campaña las candidaturas de Bildu en las que se incorporaron 44 condenados por terrorismo ha superado ese hecho concreto y lo que se pone ya en cuestión es la relación estructural que el PSOE ha mantenido los últimos años con los herederos de Batasuna. ¿Gana votos el PP al consolidarse este debate? La pregunta no se contesta con rotundidad. Pero sí se tiene claro que al menos no perjudica al partido, por mucho que el Gobierno considere que la «exageración de
Génova» también genera rechazo. De momento, en los datos diarios que recibe la cúpula popular no hay señales del que podría ser el efecto más plausible tras un debate de estas características: la subida de Vox.
En el PP creen que este cisne negro de la campaña electoral tiene potencialidad de alterar el voto en tres frentes, con distinta intensidad. En primer lugar, y lo que consideran más plausible pero difícil de detectar aún, es la desafección del votante socialista. Ese votante que se viene alejando de Pedro Sánchez, pero que en estos momentos podría votar al partido pensando en otra clave. Su destino más probable es la abstención. «Un voto que no vaya al PSOE suma uno en nuestro casillero; si encima nos vota a nosotros, suma doble», explican en Génova. En segundo lugar el efecto más esperado es un repunte de Vox. Y en último término creen que el PP puede sumar apoyos tras haber liderado esta cuestión. Lo que tienen meridianamente claro es que «a quien no le beneficia nacionalizar la campaña es al PSOE».
Voto útil
En Ferraz dicen, por ejemplo, que se va a consolidar flujo de voto del PP hacia Vox. Entre los populares eso no preocupa en exceso porque las transferencias con Vox les van a ser «por lo general favorables por la dinámica de voto útil», explica un dirigente. Además, de cara al 28 de mayo ese plus que pueda aportar la formación de Abascal puede ser determinante.
En algunas provincias la batalla del último escaño no es entre el PP y Vox, sino entre el PSOE y Vox. Con lo que un repunte de esta última formación en estos momentos no provoca gran preocupación para Génova. Por mucho que se quieran reducir al máximo los acuerdos con Vox tras el 28M, en muchos territorios los populares están tranquilos porque no detectan «ningún rechazo a ese partido».
Luego está el pulso de fondo por la posición respecto a la legalidad o no de Bildu. El PP no aclara qué va a votar en la iniciativa de Vox que plantea la ilegalización de Bildu en base a la Ley de Partidos. Pero Feijóo y su equipo consideran que el foco tiene que estar no tanto en esa ley, sino en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General. Y que el debate no debe centrarse en la ilegalización de Bildu sino en estudiar si hay posibilidad de exigir un plus de inelegibilidad en algunos casos, como este de las condenas por terrorismo. Una cuestión compleja, porque afecta a un derecho constitucional como el derecho al sufragio pasivo.
Satisfechos
Se acerca el ecuador de la campaña electoral y en el PP están muy satisfechos de que el marco central sea el de las alianzas con Bildu. ¿Lo están utilizando? Sin ningún rubor se defiende en Génova que el PSOE no podía pretender que se quedasen «callados». En las filas populares cunde la sensación de que el rechazo al PSOE es mayor del que detectan las encuestas. Pero pese a ello se traslada que todo está en el aire.
El PP solo da por perdida Navarra. Precisamente a cuenta de esa comunidad, la cúpula de los populares transmitía ayer que no sería descabellado pensar en que puedan apoyar a los socialistas en algunos lugares si con eso se aísla a Bildu. Pero reclaman que para ello el PSOE exprese de forma nítida su rechazo a pactar con Bildu. No va a suceder.