La rutina de ha
▸Vencer a la Juventus tras el empate en Turín tiene premio grande: la séptima final de la Europa League en 17 años ▸Mendilibar recupera a Badé, Ocampos y Suso para la gran cita, en la que las dos bandas tendrán un papel esencial
Hasta en una temporada como ésta. Hasta en un año en el que se ha despedido a dos entrenadores y han salido por la puerta de atrás supuestas estrellas como Isco o Januzaj llegadas en verano. Hasta cuando ha fallado el mismísimo Monchi. Hasta en una campaña en la que se ha peleado más tiempo por evitar los puestos de descenso que por mirar la primera parte de la clasificación. Hasta en este momento, el Sevilla tiene ante sí otra noche de jueves para seguir haciendo historia con la posibilidad de meterse en su séptima final en 17 años de la Europa League, torneo del que las vitrinas del club tienen las seis copas de plata de las ocasiones anteriores en que lo hizo. A un partido de la final de Budapest. Ahí es nada. Cumplimentar los anales del fútbol como rutina incluso cuando han venido mal dadas. El hábito de un campeón que ha elevado a la gloria la virtud de resistir.
Para meterse de nuevo en el partido definitivo, el indiscutible dueño y señor contemporáneo de la competición deberá superar el duro escollo de un rival ilustrísimo, la Juventus, que llega a la capital andaluza con más botín del merecido a tenor de los méritos demostrados en la ida turinesa. El gol de Gatti en el suspiro final en un córner sacado con el descuento superado y la concentración defensiva relajada, que empataba a uno un partido de neta superioridad sevillista, ha dado mucha vidilla a los bianconeros para el duelo de esta noche. No debe negarse ese matiz psicológico favorable, como lo fue el empate a dos en Old Trafford cuando el panorama peor pintaba. Pero conviene también plantear que, al menos en teoría, se va a compensar de sobra con el espectacular ambiente que se va a crear en Nervión, una verdadera caldera que necesariamente tendrá que intimidar a los juventinos y empujar a los locales a la gloria. Se espera un llenazo de los que se recordarán. A ello debe unirse la portentosa racha de resultados del conjunto de José Luis Mendilibar desde que el vasco se hiciera con las riendas del equipo hace sólo mes y medio. Desde entonces, una sola derrota en once encuentros oficiales han sacado al grupo del pozo de la tabla liguera y lo han llevado de nuevo a otra gran cita europea incluso sin favoritismos. Pero otras veces tampoco lo fue y se acabó mordiendo metal y paseando el título por las calles de la ciudad.
Un rival curtido
Acostumbrado ya a este tipo de partidos, el cuadro hispalense ha de tener la capacidad tanto de motivarse para el choque —y más tras una campaña como la que ahora agoniza— como de aislarse de la presión en busca de la victoria. Para eso, el entrenador es un verdadero veterano que lleva días impidiendo el menor atisbo de confianza después de una buena ida, y menos ante un enemigo tan peligroso como el juventino, más cerrado y curtido en la labor de destrucción y control que el propio Manchester United, al que el Sevilla aniquiló en la ronda anterior. El tipo de rival, plagado de caras conocidas y con enorme peso en las competiciones continentales, no debe dar pie precisamente al desahogo. Tocará apretar los dientes, pero en eso pocos pueden mostrar la fiabilidad de los sevillistas.
No es una cita para reservar, evidentemente, y los tres jugadores que contaban con opciones de meterse en la lista finalmente forman parte de ella. Las molestias de Badé y Ocampos, de hecho, ni siquiera deben impedirles formar parte del once que esta noche se enfrente a los de Massimiliano Allegri.
La presión ambiental, que ya fue un factor vital contra el Manchester United, será un elemento básico para lograr el billete a Budapest
Las claves de la previa
Hasta en campañas malas como la actual, Europa ha dado al Sevilla la opción de firmar una nueva página dorada para sus anales
21.00. Movistar Liga de Campeones