ABC (Sevilla)

El City barre al Madrid

▸Lección del equipo inglés, que echa al campeón de Europa con una exhibición para la historia del torneo

- RUBÉN CAÑIZARES Real Madrid

En la grada lateral este del Etihad Stadium hay un presuntuos­o mensaje, serigrafia­do en una de las delanteras de la zona media, que dice «y al sexto día, Dios creó al Manchester City». No han sido seis días, sino siete temporadas las que ha necesitado Guardiola para poner al equipo inglés más cerca que nunca de la Champions tras una exhibición de fútbol para la historia. Segurament­e, el único modo de quitarle la corona al rey de la competició­n.

Hace dos años, ante esa roca que era el Chelsea de Tuchel, el City tuvo una final de máxima igualdad y el 1-0 entraba dentro de una cierta lógica. El 10 de junio, en Estambul, contra un Inter aseado, que se lava los dientes antes de dormir y se acuesta con pijama de manga larga, pero no da para mucho más, el City por fin tiene en su mano ganar el título más importante de su historia. Solo le va a costar 1.167 millones de euros.

Dos milagros de Courtois

Quería más fluidez Guardiola y se le cayó de los bolsillos, en una primera mitad en modo apisonador­a. Rodillo que comenzó con una conjura. Melé en su campo, dirigida primero por Haaland y luego por Walker. Había hambre, bastante más que en el Madrid, que fue una fotocopia en blanco y negro de su partido en el Etihad del año pasado. La única diferencia es que ayer, a los diez minutos, el resultado era 0-0, y no 2-0, pero hasta los milagros de Courtois tienen un límite.

El belga detuvo dos remates de cabeza de Haaland en el área pequeña. El primero, en dos tiempos, con el costado y luego con el antebrazo. El segundo, con la mano derecha, dura ante un testarazo que ya cantaba el Etihad como gol. No tardaría mucho en hacerlo.

Man. City

En el 24, Bernardo Silva, que estaba haciendo pequeño a Camavinga, le buscó las cosquillas al francés. El luso, astuto, se quedó a la espalda de Eduardo en una jugada conducida por De Bruyne en la que Kroos ocupaba la zona de lateral izquierdo. Desbarajus­te caótico que acabó con el belga asistiendo a Bernardo y este fusilando el primer palo de Thibaut.

El vendaval, continuado por un derechazo de Haaland que rozó la escuadra, solo encontró un paréntesis en el 34. Desde 25 metros, disparo de Kroos al larguero. Un ¡uy! contestado con rotundidad por el City solo dos minutos después. Grealish, también una pesadilla para Carvajal, se asoció con Gundogan, cuyo disparo repelió Courtois antes de que Bernardo, con un toque sutil de cabeza, aprovechar­a el rechace para doblar la distancia. 2-0 y gracias. Era un ciclo de cine de Hitchcock en bucle.

A pesar de lo visto, Ancelotti no movió ficha al descanso. En cualquier otro tipo de partido y con otro once inicial sí lo hubiera hecho, pero el once que le había traído hasta aquí era su apuesta, y con ella decidió caer en la lona, aunque fuera por K.O. La realidad es que este equipo, con Modric y Kroos en un centro del campo de solo tres integrante­s, y una versión gato de Karim, no puede competirle a este City. Y, mucho menos, en su estadio.

El madridismo sonrió levemente en el 51, cuando Alaba, en un libre directo, obligó a Ederson a hacer su mejor parada. La lava del volcán ‘citizen’ amainó bastante en la segunda mitad. No se trataba de meterle un carro al Madrid, sino de asegurar un marcador ideal para no poner en peligro la clasificac­ión, pero eso no significab­a renunciar al ataque.

Haaland se fue a su casa tras 180 minutos sin poder batir a Courtois. No fue por ocasiones. En el 75, recibió un taconazo de Gundogan, que pasó por debajo de las piernas de Militao, y en el mano a mano con Thibaut, el trasero del belga mandó el balón a córner. Fue la antesala del tcrcero, a caballo entre Akanji y Militao, tras una falta lateral botada por De Bruyne. 3-0. El cuarto llegó ya casi el noventa, obra de Julián Álvarez. Fiestón.

Levantar la orejona sería la guinda a una temporada histórica para el club ‘citizen’. Solo en una ocasión, en 1999, un equipo inglés ha logrado el triplete. Fue el vecino United. 24 años después, el City tiene la Premier virtualmen­te ganada, sería la quinta de siete en la era Pep, está en la final de la copa inglesa, en la que se mide precisamen­te a los diablos rojos, y en la de la Champions. Hoy ya no duele tanto a la vista que Dios creara al City al sexto día. Lo que no hay por dónde cogerlo son las cervezas calientes de Mánchester a siete euros. La perfección no existe.

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Akanji y Haaland celebran el gol de Militao en propia puerta // EP
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