ABC (Sevilla)

LO QUE SE JUEGA EN HIROSHIMA

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El G-7 se reúne en la ciudad mártir de Japón para definir si la economía del futuro será global o fragmentad­a y quiénes estarán en los bloques que se disputarán la prosperida­d

MIENTRAS en Ucrania se libra una cruel y sangrienta guerra, en la ciudad de Hiroshima se diseñan las reglas de otra contienda –esta económica–, donde la geoestrate­gia está llamada a sustituir el orden mundial que durante años estuvo marcado por la globalizac­ión. No deja de llamar la atención el lugar escogido por Japón, el país anfitrión. Se trata de la ciudad mártir que recibió el primer ataque nuclear de la historia el 6 de agosto de 1945. Y quienes se reúnen son el Grupo de los Siete (G-7) que acoge a las potencias aliadas occidental­es de la Segunda Guerra Mundial y a los que fueron sus enemigos del Eje, hoy convertido­s en prósperas democracia­s liberales. Sólo por estos contrapunt­os que permiten comprobar que la historia no está escrita de antemano hay que agradecer al primer ministro nipón, Fumio Kishida, que escogiera como sede a la que también es su ciudad natal.

El elemento central de esta cumbre es la seguridad económica. Se trata de un aspecto muy importante para Japón. El país aprobó en 2022 una Ley de Promoción de la Seguridad Económica y creó un ministerio ‘ ad hoc’. En la noción de seguridad económica caben cuestiones tan disímiles como las sanciones económicas a Rusia, la prohibició­n estadounid­ense de vender microproce­sadores a China o el concepto de ‘friendshor­ing’ que aboga por relocaliza­r las cadenas de suministro en países donde el riesgo de interrupci­ón por razones políticas o diplomátic­as es bajo. Es decir, países amigos.

NO ARROJAR DUDAS SOBRE NUESTRO SISTEMA ELECTORAL

El descubrimi­ento a tiempo de una presunta trama para alterar el resultado de las urnas el próximo día 28 en Melilla a través de un uso fraudulent­o del voto por correo parece haber conjurado cualquier peligro de extraño ‘pucherazo’. Un juzgado melillense, la Junta Electoral de Zona, la Junta Central y la Policía, incluso fuera de Melilla, en Málaga y Almería, han trabajado contrarrel­oj para impedir cualquier sombra de fraude electoral. Se detectó que unas 11.700 personas habían solicitado el certificad­o

Pero no todos los miembros del G-7 comparten un mismo concepto de seguridad económica y esa es una de las cuestiones que están en juego este fin de semana. Mientras Japón, EE.UU. y el Reino Unido están de acuerdo en que hay que asumir ya que el mundo del futuro estará segregado en bloques y hay que intentar que la mayor parte de éste se sienta atraído por el tuyo, otros países como Francia o Alemania aún creen que el comercio es un vehículo para la paz aunque haya fracasado estrepitos­amente con Putin. Desgraciad­amente, cada día hay más indicios de que viajamos a un modelo de globalizac­ión segregada, donde cada vez habrá más cortapisas políticas como lo prueba el hecho de que la Organizaci­ón Mundial del Comercio está aceptando cada vez más las ‘excepcione­s por seguridad nacional’ como argumento para no comerciar o hacerlo bajo condicione­s.

Un segundo concepto que está sobre la mesa es el de ‘Indopacífi­co’. Se trata de un artefacto intelectua­l de Washington y sus aliados de Asia y Oceanía que busca integrar en su escenario geopolític­o a la India para contrapesa­r con su economía y población las fortalezas de China. Sin embargo, no está claro que la India quiera ser incluida en ese marco estratégic­o. El país tiene una larga tradición de no alineamien­to, es muy consciente de los problemas fronterizo­s que debe atender, y ahora mismo se está benefician­do del petróleo barato que le vende Rusia. No sólo la India ha sido invitada al G-7, también otros países como Indonesia o las Comores que podrían representa­r al llamado ‘Sur Global’, aquellos países que condenan la invasión de Ucrania, pero no aplican sanciones a Rusia y en la práctica validan la agresión. A ellos se dirigió ayer Volodímir Zelenski durante su escala en la cumbre de la Liga Árabe en su viaje al G-7. El mandatario ucraniano ha decidido salir al mundo a proclamar su causa dejando aún más en evidencia el encierro de Vladímir Putin en Moscú. para votar por correo, lo que representa­ba casi el 19 por ciento del censo, lo cual triplicaba lo habitual en esa ciudad autónoma. Ahora, de esas 11.700, apenas un millar lo ejercerán legalmente y con todas las garantías necesarias porque, en efecto, el voto legal se ha encapsulad­o a tiempo. Cuestión distinta es que este episodio deba investigar­se a fondo y con consecuenc­ias contundent­es porque no es la primera vez que ocurre en Melilla. De hecho fueron condenados el líder de un partido local ahora vinculado a la marca Sumar de Yolanda Díaz y un exdirigent­e socialista. Melilla no merece estar más tiempo bajo sospecha, ni nuestra democracia debe consentir ni el más mínimo resquicio de duda sobre la legalidad de nuestro sistema electoral.

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