Después del debate
SÁBADO
Esperemos que esto no sea el presagio de un Ayuntamiento de mucho ruido y pocas nueces
Los políticos contemporáneos no están preparados para el arte de la dialéctica. Esa es la principal impresión que se saca del encuentro de ABC en el debate a seis de la campaña. A pesar de los intentos reiterados de Roberto Arrocha para que confrontaran, la mayoría se limitó a tirar de las fichas que les preparan. Lo que ocurre en estos casos, en los que el trapío no aparece, es que a todos se le ven más las carencias que las virtudes. Ejemplos.
Uno. El alcalde era el que tenía que aguantar el chaparrón más gordo porque en estos casos el que gobierna es el centro de los dardos. El que manda siempre aparece como el mártir. En ocasiones aparecía convincente, pero cuando defiende, olvida el contraataque. Era tanto el aluvión, que reaccionaba tarde.
Dos. El debate se hizo el mismo día en que ABC publicaba la encuesta que le da una ligera ventaja al PP. Por ello, José Luis Sanz usó, incluso gestualmente, una pose institucional. Y fue tanta que ni respondió a la candidata de Podemos cuando culpó a la Junta de la urbanización de Trebujena. Algo que es mentira. Pero ni movió un músculo de la cara para desmentir.
Tres. Aumesquet, que es el de Cs, tiene buena oratoria y buena voz. Algunos argumentos hasta parecían originales, pero los estropeaba todo cuando al final de sus intervenciones rematando con un ‘muchas gracias’. Parecía que le habían echado una moneda para que terminara siempre así.
Cuatro. Cristina Peláez, de Vox, necesita urgentemente cursos de oratoria y gestualidad. A veces parecía una presentadora de la teletienda. Un político no es un actor.
Cinco. Con la de líderes carismáticos que ha tenido la izquierda en Sevilla uno ve a la candidata de Podemos-Izquierda Unida-Más PaísRecaredo-Mª Auxiliadora-Ronda de Capuchinos... y se asombra. Parece una delegada de instituto igual que su compañera de Adelante Andalucía que, teniendo un acento precioso, adolece de capacidad comunicativa. No se le entiende.
Ojalá que esto no sea el presagio de una futura e inminente corporación municipal de mucho ruido y escasas nueces.