Ecuador de campaña: los partidos aceleran para captar indecisos
▸El PSOE, incapaz de zafarse de la polémica por los candidatos etarras de Bildu, su socio parlamentario ▸El PP denunciará las alianzas de Sánchez, aunque las discrepancias con Ayuso dan una baza a la izquierda
Transcurrida la primera mitad de la campaña electoral para las autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo, los partidos políticos aceleran para la recta final, empezando por los actos de hoy y mañana, el fin de semana previo a las votaciones, que son los considerados centrales por las distintas formaciones.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ayer suspendió su mitin en Badajoz con el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, como consecuencia del incendio de Las Hurdes, estará hoy en Valencia con el presidente autonómico, Ximo Puig, uno de los principales feudos que los socialistas aspiran a mantener y el Partido Popular (PP) a arrebatarle con su candidato, Carlos Mazón. Precisamente en la ciudad del Turia estará Feijóo el domingo, donde los populares también tienen puestas muchas esperanzas en que María José Català recupere el bastón de mando que un día fue de Rita Barberá. El presidente del PP ‘mitineará’ hoy en Córdoba, donde su partido defiende el Gobierno municipal, y en Sevilla, una de las grandes capitales con alcalde socialista. El líder de Vox, Santiago Abascal, dedicará este último fin de semana de campaña a distintas provincias de Castilla-La Mancha, donde la formación derechista aspira a ser decisiva para desalojar al socialista Emiliano García-Page. Y Yolanda Díaz estará hoy en Barcelona, donde la posibilidad de que su aliada Ada Colau revalide por tercera vez como alcaldesa de la segunda ciudad de España le daría a la vicepresidenta segunda la gran alegría de su noche electoral.
En los últimos compases de la campaña, los distintos contendientes tienen en mente un dato, el del 20% de españoles indecisos, que ni siquiera saben si acudirán al colegio electoral, pero que en el caso de hacerlo pueden cambiar mucho las cosas en ciudades y autonomías. Algunos de ellos, incluso, según confirman los expertos demoscópicos, mantienen su condición de indecisos hasta el mismo día de la cita con las urnas, por lo que el esfuerzo por convencerles no parece vano para ninguna formación política.
Más aún en unos comicios donde, por ejemplo, dos de los partidos políticos que han marcado la última década en España, Ciudadanos (CS) y Podemos, aun en distinto grado, se juegan buena parte de su supervivencia. Para el partido morado sería una tragedia desaparecer de Madrid, en ayuntamiento y comunidad, y a día de hoy no tiene garantizado obtener el 5% mínimo para obtener representación. La formación naranja, por su parte, podría sumar otro fracaso si desaparece de la capital de España, donde Begoña Villacís es aún vicealcaldesa, y de Barcelona, donde nació el partido hace más de una década, y ahondar así la crisis que le persigue desde el batacazo de Albert Rivera en noviembre de 2019.
PSOE Sánchez no se zafa de la sombra de Bildu
Si a un partido político se le han trastocado los planes en esta campaña, ese es el PSOE. Los socialistas llegaban al inicio de la misma con muy buenas perspectivas –mejores, desde luego, que para las generales de diciembre, donde las encuestas, salvo la del CIS, le vienen dibujando un horizonte más complicado– tanto por la posibilidad de mantener sus feudos y dar la campanada en otros, singularmente Barcelona, donde su candidato Jaume Collboni tiene serias posibilidades de suceder a Colau como alcalde, como por la sensación de que, tras años de turbulencias, tenían cierto margen para marcar la agenda.
Sánchez planificó una campaña con la ley de vivienda aprobada, y lo logró, a lo que añadió, de su cosecha, varios anuncios de calado en esa materia tan importante en la batalla municipal, sobre todo en los grandes centros urbanos. 100.000 pisos para alquiler asequible, entre los que se rescatarán de la Sareb o banco malo y los que se construirán en terrenos del Ministerio de Defensa, e incluso un plan para avalar el 20% de la hipoteca a jóvenes o familias. Junto a eso, su confianza, que él mismo se encarga de repetir en sus mítines, de que tras una legislatura de dificultades, fundamentalmente la pandemia, el «viento» puede empezar a soplar «a favor», como indicaría la moderación de la tasa de inflación y el hecho de que no sea tan alta como en otros países de la Unión Europea (UE). Además de la llegada del ‘maná’ de los fondos europeos.
Sin embargo, los socialistas han sido incapaces de zafarse de la primera y hasta el momento principal polémica de la campaña, la de los etarras que concurren en las listas de Bildu, su socio parlamentario. Un asunto del que no logran desembarazarse, que evidencia ciertas fisuras internas con barones como García-Page o el aragonés Javier Lambán, y que pone de manifiesto lo delicado de haber decidido incorporar al antiguo brazo político de ETA a la gobernabilidad a nivel nacional, como evidencia que los votos de los de Arnaldo Otegi hayan sido decisivos en varios momentos clave de la legislatura, sin ir más lejos en la aprobación anual de los Presupuestos Generales del Estado.
Pese a todo, en la Moncloa y Ferraz confían en que lo peor de esta polémica haya quedado atrás.
Partido Popular Exprimir las alianzas del presidente
El PP ve con satisfacción cómo se ha consumido la mitad de la campaña electoral y el PSOE ha estado claramente a la defensiva. La cuestión de las candidaturas de Bildu ha dado la oportunidad al PP de profundizar y desenmascarar el que considera flanco más débil del presidente del Gobierno: su dependencia de una alianza estructural con Bildu, también con ERC. Con un episodio, además, que a ojos de los populares echa por tierra cualquier empeño de blanqueamiento y normalización de los herederos de Batasuna.
En las últimas 48 horas el PP observa no obstante cómo el debate se ha ampliado dando una baza a la izquierda. La posición del PP es que no procede la ilegalización de Bildu, pero que sí se debe trabajar en la posibilidad de