El derbi liguero que pitó Enríquez Negreira
El nombre de José María Enríquez Negreira ha sido devuelto a la actualidad por la enorme polémica suscitada por la contratación de sus servicios por el FC Barcelona y la sospecha de una posible corrupción deportiva desde sus cargos en el Comité Técnico de Árbitros. Con la enorme historia de los derbis entre el Sevilla y el Betis cabía contemplar que Enríquez Negreira, que fue colegiado en activo desde 1977 hasta 1992, hubiera pitado algún duelo de rivalidad local hispalense. Y así fue. En dos ocasiones. Se estrenó en la Copa del Rey en el año 1980 pero el choque en el que tomó mayor protagonismo fue en uno de la Liga en la 1981-82, cuando los acontecimientos más relevantes pasaron por sus decisiones.
Hay algunos paralelismos de aquel derbi con el que se jugará este domingo. El escenario es el mismo, el Ramón Sánchez- Pizjuán. Está el Betis por delante (ahora es sexto con 55 puntos y el Sevilla, décimo con 47 / en- tonces los verdiblancos eran quinntos, con 23, y el Sevilla, decimoocuarto, con 18). Y se hablaba dede Europa, como se ha hecho durann te toda la semana con el Sevilla y con la intención bética de atar ya su plaza. El duelo finalizó 1-1. Por or el Sevilla, dirigido por Manolo Carardo, actuaron Buyo, Nimo, Rivas, as, Álvarez, Juan Carlos (Ruda, m. 85), 5),
Juan José, Pablo Blanco, Francisisco, Pintinho, Magdaleno y Santi nti (López, m. 85). Y, por el Betis: Esnaola, Benítez (Álex, m. 56), Biosos- ca, Peruena, Gordillo, Ortega, López, Romo (Ramón, m. 70), Cardedeñosa, Tello y Diarte. «Menos buen juego hubo de todo», tituló ABC.
Y Enríquez Negreira llamó la atención. Así describía su actuación Manolo Ramírez Fernández de Córdoba: «Partido complicado que llevó sin pasar de discreto en la primera mitad y con varios errores graves en la segunda. A los 62 minutos anuló un gol al Sevilla —cabezazo de Magdaleno a centro de Francisco— injustamente, señalando un inexistente fuera de juego. A los 81 minutos anuló también un gol al Betis, obra
El árbitro catalán se llevó todo el protagonismo en el único duelo de rivalidad sevillana que pitó en la Liga
«Estuvo muy nervioso», era la percepción coincidente en las filas sevillistas, que se quedaron con diez por la roja a Pintinho
de Diarte, por claro fuera de juego de Tello. En tarjetas hubo festival». Su puntuación fue un 1. «Tarjetas, expulsiones, tantos anulados, brusquedades... Hubo de todo. Menos buen juego. La casta del - y
Sevilla empató un partido que se le pudo poner imposible tras el imperdonable abandono de Pintiño y el miedo del Betis terminó por hacerle perder —más que ganar— un punto cuando la ocasión era pintiparada para noquear en ring ajeno», recordaba el histórico cronista de esta casa sobre el duelo y la manera de afrontarlo de ambos conjuntos.
En el turno de declaraciones habló hasta el propio Enríquez Negreira. «Los goles que anulé, tanto al Sevilla como al Betis, se debieron a que existió fuera de juego en ambos. Nada más. Para mí este partido ha sido más difícil que el anterior que arbitré también con Sevilla y Betis jugando. En el gol del Sevilla anulado yo vi claro el fuera de juego del delantero sevillista. Y en el gol del Betis, cuando se produjo el tiro desde lejos ya se encontraba un jugador en fuera de juego. A César le saqué roja por aplaudir una decisión mía. ¿Pintiño? Por dos amarillas. La segunda, por hacerme una observación», afirmaba el árbitro catalán.
Los protagonistas también hablaban de la actuación del colegiado. Eugenio Montes Cabeza, presidente del Sevilla, decía desde el palco lo siguiente: «El Sevilla mereció algo más que el empate. Además, el árbitro estuvo un tanto nervioso y nos perjudicó al expulsarnos a un jugador. El partido, en general, fue como todos los de éste tipo: de nervios, lucha...». Más contundente fue Manolo Cardo, entrenador nervionense, hablando sobre el tanto anulado a Magdaleno: «Creo que fue gol legal. El linier de la banda de fondo se marchaba para el centro del campo, y luego, cuando el árbitro lo anuló, tuvo que volver. En ningún momento alzó el banderín en señal de posible falta nuestra. El árbitro nos provocó con esta decisión. Vuelvo a repetir que pienso que se equivocó. ¿El gol anulado del Betis? En el de ellos, el linier tenía la bandera levantada. Así que...».
Los jugadores blancos insistían. El propio Magdaleno: «La anulación del gol es algo qque no llego a comprender». Y Juan JoJosé hablaba de que «no debió el árbbitro anular el gol de Magdaleno. El ararbitraje ha sido fundamental en el dedesarrollo del encuentro». Buyo apuntataba que «el árbitro siempre nos frenanaba: las expulsiones, el gol de Magdadaleno...». Y Blanco, el capitán, sententenciaba: «El resultado es injusto. Lo dedel gol de Magdaleno, un descaro. Enríqríquez Negreira me gusta como árbitrotro pero estuvo muy nervioso».
En la parte bética hablaba primero JuaJuan Manuel Mauduit, su presidente. «ResultadoR justo, aunque el empate tuvo que ser a dos. No me explico por qué anuló los dos goles». Rafael Iriondo, el preparador heliopolitano, regateaba la cuestión. Para Benítez no eran comprensibles las críticas. «No lo he visto tan malo», señalaba el jerezano, que coincidía con Gordillo: «¿El arbitraje? Perfecto». Diarte sí era más incisivo: «¿El gol que me anularon? Un tanto como una catedral».
Fue el segundo derbi, y último, que pitó Enríquez Negreira. En noviembre de 1980 pitó otro en la Copa (2-1 a favor del Sevilla) con goles de Blanco, Puma Morete y Cardeñosa, grandes actuaciones de Montero y Esnaola y protestas béticas por un penalti a Morán. «Si eso no es penalti no sé lo que está catalogado como penalti», decía tras el duelo el delantero verdiblanco.