La boda palaciega de Joaquín Torres
▸El arquitecto eligió la Casa de Pilatos en Sevilla para dar el ‘sí, quiero’ a su pareja Raúl Prieto. Cinco mil velas iluminaron el claustro en una mesa serpenteante diseñada por él mismo
La Casa de Pilatos, una obra romántica y que representa la elegancia de la arquitectura del Siglo XV fue el escenario elegido por el famoso arquitecto Joaquín Torres para dar el ‘sí, quiero’ a su pareja, Raúl Prieto, director de grandes formatos televisivos como ‘Sálvame’. Los novios llegaron juntos acompañados, el arquitecto por su hermana y Raúl por su madre. Ambos vestidos con esmoquin blanco de primavera que puso de moda Bogart en la mítica ‘Casablanca’. Prieto lucía un broche de esmeraldas, rubíes y diamantes, regalo del arquitecto. La entrada de la pareja estuvo amenizada por una solista que interpretó ‘Como yo te amo’, de Rocío Jurado, que ya hizo soltar alguna lágrima entre los asistentes. La notaria Eloísa López Monís, amiga de la pareja, fue la encargada de dar fe de la unión ante más de 300 invitados, entre los que se encontraban rostros populares tanto del mundo empresarial como del espectáculo. Seis testigos fueron los encargados de dedicar unas palabras a los recién casados, entre los más emotivos el de Belén Esteban y el hijo mayor del arquitecto, que hablaron de todos los obstáculos que la pareja se había ido encontrado en el camino y que han sabido sortear a lo largo de estos años. Tras la ceremonia llegó el cóctel y la cena servidas en el claustro del palacio. Allí
Torres desplegó su sensibilidad como si una de sus obras se tratase
Torres desplegó su sensibilidad como si de una de sus obras se tratase y lo iluminó con 5.000 velas que reflejaban sobre la vajilla negra y dorada elaborada para la ocasión y servida en una mesa única serpenteante, diseñada también por Torres, para que los invitados pudiesen interactuar mejor unos con otros y no hubiese distinciones entre los invitados. Las buganvillas desprendieron su perfume por el patio. La cena fue servida por el catering Alda y Terry, uno de los mejores y más de moda de la capital hispalense. Los vinos y el champán fueron selección de Miguel Laredo, uno de los grandes sumilleres de nuestro país, encargado de la bodega personal de Don Juan Carlos. Un escenario mágico que fue montado en tiempo récord ya que hasta las 16 horas la Casa de Pilatos permanece abierta como museo y para ello fueron necesarios más de cien personas. Terminada la cena, los invitados pasaron a las caballerizas de la casa palaciega para disfrutar de la zona de baile en la que habían puestos de puros Habanos y mesas con quesos de más de 50 variedades. Torres quiso destacar dos grandes ausencias, la de sus padres, que por su estado de salud no pudieron acompañarle en un día tan especial y la de su ínti
El discurso de Belén Esteban fue de los más emotivos