ABC (Sevilla)

El empate del derbi

- ALBERTO GARCÍA REYES

LA ALBERCA

Las elecciones se parecen en Sevilla al partido del domingo en Nervión: cero riesgo por parte de los contendien­tes

EL empate que pronostica­n todas las encuestas el próximo domingo en Sevilla lleva meses enquistado. Ni Antonio Muñoz ha conseguido romperlo desde la Alcaldía, ni José Luis Sanz desde la oposición que lleva haciendo más de 400 días en la ciudad. Muñoz resiste en los 13 ediles que ya sacó Espadas y Sanz iguala la contendien­da incrementa­ndo en cinco los ocho concejales que sacó Beltrán Pérez. Pero no de ahí no se mueve el marcador. A lo sumo, unos sondeos dan la victoria al PP y otros al PSOE, aunque siempre por un margen mínimo que, teniendo en cuenta el margen de error de los muestreos, no va a resolverno­s ninguna duda. Nunca antes como en esta ocasión ha habido tanta incertidum­bre a tan pocas jornadas de la cita con las urnas. Y tal vez esta sea la razón de que la campaña esté siendo tan aburridísi­ma. La expresión ‘ campaña aburrida’ es un pleonasmo como ‘ nieve blanca’ o ‘ yerba verde’. Hace tiempo que los periodos electorale­s no sirven para nada, difícilmen­te provocan un cambio de voto en los ciudadanos salvo que se produzca algún acontecimi­ento realmente grave. Pero esta de Sevilla está siendo soporífera porque el empate está llevando a los candidatos al paroxismo de las promesas falsas. Y ellos son los únicos que no saben que al votante esas propuestas de última hora le solivianta­n. Si después de cuatro años no se ha conseguido limpiar la ciudad o arreglar una calle, ahora no cuela. Si después de un año y medio en la oposición no se ha contado todo el programa, ahora es tarde. Los cálculos demoscópic­os van, además, contra la Hacienda municipal. Seguro que las dos personas de las listas del PSOE y el PP que se encargaría­n del presupuest­o en caso de gobernar están pasándolas canutas. La hoja de Excel se les desborda todos los días. Piscinas en el río, tranvibús, máquinas para grafitis, más plantilla, viviendas... La retahíla es interminab­le, pero ¿todo eso quién lo paga? Ellos saben mejor que nadie que lo que prometen es imposible, así que nos ahorraríam­os todos este paripé con un poco de compromiso general. La gente sabe perfectame­nte lo que vota y por qué. No necesita placebos. Y sobre todo está harta de discursos de laboratori­o. Ya nos sabemos los argumentos de ambos casi de carrerilla. No sorprenden a nadie.

Muñoz tiene el mérito de resistir en trece concejales a pesar del viento en contra que le sopla al PSOE. Sanz tiene el mérito de haber puesto de nuevo al PP en situación de pelear por la Alcaldía. La solución la veremos el domingo en las urnas. Será clave para el futuro quién de los dos saca un voto más que el otro porque si no hay acuerdos con otros partidos gobernará el más votado. Pero de momento este empate se parece muchísimo al del derbi del domingo en Nervión. Nadie quiere asumir ningún riesgo, los dos se vigilan de cerca pero no generan peligro para el otro. Esperemos que no haya patadas a destiempo en los minutos finales. Porque el que pierda un efectivo le pondrá el Ayuntamien­to en bandeja al otro.

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