ABC (Sevilla)

«Esto parece un gueto; que los políticos no nos pidan ahora la foto en campaña»

▸Los vecinos de los barrios sevillanos que llevan ocho años siendo los de menor renta lamentan su situación ▸Sin visos de solución y con una desesperan­za llamativa y dolorosa, dicen que ya no creen en «promesas»

- R. ARROCHA

Entre la desidia y la decepción, sin otra alarma que saberse desamparad­os, abandonado­s, vecinos de varios barrios de Sevilla (de nuevo retratados por el Instituto Nacional de Estadístic­a en el doloroso listado de los más pobres de España) hablaron para ABC de sus penas a falta tan sólo de unos días para el 28M. Nadie cree en nada, podría ser el resumen de tantos testimonio­s marcados por un soplido de absoluta desesperan­za, ya sea en el Polígono Sur, Polígono Norte, Los Pajaritos, Padre Pío-Palmete o Torreblanc­a. «Conmigo, que no cuenten para nada. Ya no, ya no. A mí no me engañan los políticos. Tengo 64 años y me mudé al Polígono Norte hace cinco. Yo vivía en otro sitio mejor, pero no tenía ascensor. Encontré una casita en este piso (señala a un edificio de la calle Fray Serafín Madrid) y hoy no puedo arrepentir­me más. Vivir aquí es muy duro», dice Diego, apoyado en un muro cercano a un punto de recogida de basura en el que hay de todo: «Este es uno de los peores barrios que puede haber. En mi edificio se han metido varios okupas y no los echan. Tienen más derecho que los dueños. Aquí cerquita, dos calles más allá, se vende mucha droga. ¿Qué me va a decir a mí un político ahora? Aquí no hay esperanza».

También Aurora, de edad más avanzada, y tras escuchar a su vecino, se expresó de forma parecida: «Yo tengo un sobrino, al que quiero como a un hijo, porque yo lo cuidé... y hoy vive en Alicante. Se fue allí a buscar un futuro y hoy tiene tres hijos. Se llama Bernardo y lo quiero un montón. Vine al Polígono Norte hace muchísimos años para cuidar a mi suegra. Es lo que hay», subrayó convencida de que ya no hay cambio posible en beneficio del barrio. El sentido del desengaño es patente.

Lolo, de 43 años, y antes de irse al «Carrefour Macarena», apunta algunas causas: «Antes me gastaba cinco euros y compraba pan y unas lonchas de jamón para mis hijos. Ahora no me da casi ni para el pan. ¿Por qué pasa esto? ¿Por qué nos suben los precios cuando menos dinero tenemos? Los políticos decían que era por la guerra de Ucrania; luego, por la sequía. Yo sé lo que pasa. Es porque cuando más caro sea todo, más dinero se llevan con el IVA. Mi barrio no se levanta, todo lo contrario. Estamos apartados de todo. Esto parece un gueto. Ya no creo en promesas».

La desesperac­ión de los vecinos también se percibe en Los Pajaritos, de nuevo el segundo barrio más pobre de España. El cura del barrio, Francisco Ortiz, atiende a este periódico mientras trata de buscar soluciones para su gente. No da abasto: «Los políticos ya saben que conmigo no pueden contar para la clásica fotito en el barrio. ¡No! Una vez me llamaron para que fuera a una plaza que iban a inaugurar. No fui. Y así se los dije. Se gastaron un dineral, y luego... Lo que tienen que hacer es rehabilita­r edificios, que esto es cada vez más un gueto. Lo último que me han comentado es que de Asuntos Sociales han quitado a dos trabajador­es. Cada vez estamos más separados del resto de la ciudad. ¿Usted sabía que en Los Pajaritos no hay ningún cajero desde hace cuatro años? ¿Usted sabía que están quitándolo todo...?». Fabiola, vecina del barrio, denuncia esta situación: «Primero nos quitaron el puesto de loterías que había; después, la oficina de la Caixa; ahora, y desde hace dos semanas, han cerrado el supermerca­do Día. No sé qué quieren hacer con nosotros». También Pastora, madre de cuatro hijos, habla de los numerosos contratiem­pos en el día a día: «A ver qué ponen

El listado más duro Seis de los quince barrios más pobres de España son de Sevilla; tres de ellos están entre los cuatro primeros

ahora donde estaba el Día. Algunos dicen que van a poner un supermerca­do de Alcampo, de esos pequeños; otros, que si una perfumería. ¿La verdad? Yo ya no me creo nada».

En la misma sintonía, con el mismo idioma franco y de desencanto, hablan los vecinos de Torreblanc­a, el cuarto barrio con menor renta de España. Loli, que lleva viviendo en el barrio 42 años, hace un análisis lleno de datos interesant­es: «La gente ya no se cree nada. Cada cuatro años, los políticos nos dicen que van a hacer una cosa, u otra... El otro día vino el alcalde, Antonio Muñoz, a la plaza. Hasta dieron de desayunar gratis, pero había poquísimas personas. Yo recuerdo cuando hace diez años nos organizába­mos para ir en varios autobuses a los mítines. Recuerdo uno en concreto, en el Palacio de Congresos, que fuimos una barbaridad (se ríe). Estuve como secretaria de la Asociación Mujeres de la Unidad, y conozco bien este barrio. Los vecinos están cansados. Hay muchos que tienen problemas económicos y aquí no pasa nada».

Muy cerca de la Plaza Platanero está un joven que no debe llegar a la veintena, que no quiere decir su nombre y

Insoportab­le Residentes de estos espacios sostienen que cada vez más están siendo apartados del resto de la ciudad

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Un vecino de Los Pajaritos compra en una vivienda convertida en tienda // R. D.

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