ENTRE LA DESESPERANZA Y LA AYUDA
que evita hablar. «¿Esto para qué es? Yo no voy a decir nada», dice, para poco después, y ante la pregunta de cómo está el barrio de Torreblanca, responder con «una mierda muy grande».
Mientras que el mundo corre a un ritmo vertiginoso, los barrios con menos renta de España parecen ralentizarse, como es el caso de Palmete, sueño empresarial de Mirla, y realidad hoy con un bar precioso de nombre ‘Verde Menta’: «Hace un año que lo abrimos. Siempre pensamos que era una buena idea, y aún lo seguimos pensando. Pero sí es verdad que está siendo algo difícil. Desde un punto de vista económico, es una realidad que el barrio no está bien. Tiene un público potencial medio-bajo, ha
Abajo; dos hermanas de la Cruz hablan con los vecinos de Torreblanca en una de las zonas más desfavorecidas; a la izquierda, Diego, residente en el Polígono Norte desde hace cinco años, refleja con un rictus fruncido la desesperanza que dice que le ha tocado vivir rodeado de basura y numerosos problemas por las drogas del barrio blando, claro, desde el punto de vista financiero. Los problemas vienen por un conjunto de todo», subrayó la propia Mirla, misma opinión que José Luis, igualmente, vecino del barrio y que se disponía a entrar en el supermercado de la calle Chucena: «A nosotros nos tienen olvidados. Aquí hay muchísimo paro. Conozco más gente que no trabaja, que la que tiene un trabajo. Así no sé cómo vamos a salir adelante. Mis hijos están estudiando y saben que es clave formarse para salir del barrio. Yo quiero que tengan un futuro. No sé qué es lo que quieren los políticos, pero aquí sí sé lo que quiere la gente, que hagan algo de una vez porque de esta manera no podemos seguir».