El efecto Juanma Moreno perdura y seduce al barrio más pobre de España
▸ El presidente comparte una paella con José Luis Sanz y vecinos del Polígono Sur
En el tablón de anuncios del bar de la asociación familiar Las Letanías hay carteles que informan a los vecinos que todos los lunes una abogada se pasa por el local para atender dudas; también se facilita algún recurso para ayudar a hacer la declaración de la renta y se insiste en uno y dos carteles que no se puede fumar dentro del establecimiento... Y entre esos papeles, escritos a mano, se anunciaba la visita este martes del candidato a la Alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz, con el aliciente del reparto de una paella.
El banco de Sanz, esa herramienta de campaña que está usando para sentarse a dialogar con los vecinos, aterrizaba sobre la una y media de la tarde en la puerta de la asociación. El día no podía haber sido elegido mejor; tan sólo 24 horas antes se volvía a certificar el estado de emergencia social en el Polígono Sur y otros cinco barrios de la capital, entre ellos Las Letanías, que forman parte del furgón de cola de la pobreza nacional.
Entre «achuchones»
La paella que iba a servir de enganche no salió nada buena y la mayoría dejó los platos llenos. Pero el efecto lo puso el presidente Juanma Moreno, que llegó cerca de las dos y media de la tarde sin chaqueta ni corbata. Velador por velador fue repartiendo besos y saludos y más de un achuchón, sobre todo los que vinieron de parte de una reunión de señoras mayores, que no paraban de decirle «guapo». El presidente suma y en la candidatura de Sanz no lo desaprovechan.
Al ese ‘efecto’ se apeló la noche electoral en la que Juanma Moreno se hizo con la presidencia de la Junta con mayoría absoluta. La imagen de político moderado, alejada del estereotipo del señorito andaluz y con capacidad para pescar votos a derecha e izquierda ha sido una fórmula que funcionó entonces y que sigue viva. Al presidente se le vio cómodo en un acto que se estaba desarrollando en el día después de confirmarse que Las Letanías está entre los barrios más pobres de España. Una realidad a la que no ha conseguido ponerle solución ninguna administración. Pero el presidente no encontró una reacción contraria. Sólo una mujer se dirigió a él para pedirle explicaciones por los cortes de luz. Juanma Moreno se detuvo y conversó con ella. No hubo malos gestos, ni media tensión.
Llegó sobre las dos y media de la tarde a la puerta de la asociación familiar Las Letanías y fue recibido con gritos de «presidente, presidente» en una imagen casi idéntica a la que se había vivido un día antes en la localidad cordobesa de Palma del Río. El efecto Moreno funciona a pie de calle. Por eso los candidatos del PP en las principales capitales andaluzas tiran de él para ganar enteros.
Y no se quedó sólo en los gestos, Moreno se paró a atender a una vecina que le pidió explicaciones por los apagones de luz que está sufriendo a pesar de que paga las facturas. El presidente le explicó que desde la Junta se había denunciado a la empresa Endesa, pero que no son los responsables del suministro energético. «Hay que endurecer las penas para aquellos que se engan
El candidato del PP promete «ser el alcalde que se hinche a hacer ascensores en los pisos cárceles del barrio»
chan a la luz para las plantaciones (marihuana), porque un día va a pasar una desgracia, y mejorar las infraestructuras de la red», le dijo el presidente, que le dio la razón en cuanto a su queja.
El presidente de la asociación familiar, Lolo Jiménez, no ocultó a los presentes que apoya al candidato del PP, José Luis Sanz, y pidió a sus vecinos que aprovecharan el momento para trasladarle sus quejas. El representante vecinal no tuvo que esforzarse mucho para sacar candidatos. La primera de todas, Vanessa, no tardó en pedir la vez. Madre de una niña con necesidades especiales se quejaba de la falta de pediatra muchos días en el centro de salud o los retrasos en la atención a las familias de los servicios sociales municipales. «Hay unas 3.000 familias esperando una media de tres meses a ser atendidos. El Ayuntamiento perdió siete millones de euros en ayudas por no saberlas gestionar. Es necesario incrementar los recursos en los servicios sociales».
María Luisa se definió de «prisionera» en su propia casa porque en su edificio no hay ascensor. José Luis Sanz le respondió: «Quiero ser el alcalde que se hinche a hacer ascensores en los pisos cárceles. En los últimos años, el Ayuntamiento sólo ha instalado ocho ascensores. Hay muchísimas personas encerradas en su casa».
Otros vecinos se quejaron de la falta de limpieza en las calles y una reivindicación que dice mucho de la situación que se vive en estos barrios. Lo contó Isaac, un joven gitano que estudia 2º de Bachillerato. «Hay muchas empresas que no hacen reparto en nuestro barrio. No quieren venir por miedo y eso no es justo».