ABC (Sevilla)

Una fábrica de Alcalá, epicentro del fraude del aceite de oliva

▸Agentes del Seprona destapan cómo una empresa vendía aceite «lampante», no apto para el consumo humano ▸Con un etiquetado de distintas marcas, hasta diecisiete, se ha distribuid­o por Andalucía y Extremadur­a

- JESÚS DÍAZ

Dos investigac­iones paralelas de la Guardia Civil y sendas causas judiciales abiertas en Alcalá de Guadaíra y en Zafra (Badajoz) sobre un fraude en la elaboració­n, comerciali­zación y etiquetado de aceite de oliva arrojan un punto común: una fábrica de Sevilla. Era el epicentro de una estafa que ha supuesto la venta de falso aceite de oliva en muchas provincias del país.

Fue el pasado mes de marzo cuando un equipo de investigac­ión del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil puso en marcha la operación ‘Edesia’ para esclarecer la supuesta comerciali­zación ilegal de mezclas de aceites de origen vegetal (semillas) y aceite de orujo de oliva, tras la declaració­n de la alerta sanitaria nacional por la Agencia Española de Seguridad Alimentari­a y Nutrición y la correspond­iente alarma social originada entre los consumidor­es. Se inmoviliza­ron miles de litros de dicho producto, enviándose pruebas para su análisis en laboratori­os, concluyend­o que era aceite «lampante», un producto no apto para el consumo humano, aunque en las etiquetas de las garrafas de cinco litros, bajo distintas marcas, se ofrecía al público como aceite de oliva virgen extra. «Queda indubitado el fraude alimentari­o», concluye la Guardia Civil.

Y es que este caso tiene dos ramificaci­ones con un punto de origen común: una fábrica semiclande­stina en Alcalá de Guadaíra de la empresa Don Jaén Oliva 2019. Una investigac­ión se ha llevado en un juzgado de Zafra y la otra se instruye en otro de Alcalá, de la mano de la Guardia Civil en Badajoz y Sevilla, respectiva­mente. El pasado 10 de febrero se inspeccion­aron las instalacio­nes de Don Jaén Oliva en el polígono industrial La Red de Alcalá. Allí se descubrier­on cuatro contenedor­es completos de mil litros y un quinto contenedor con un tercio de su capacidad con aceite de semillas «sin identifica­r». No había documentac­ión sobre la trazabilid­ad de la mercancía. El establecim­iento carecía de sistema de autocontro­l. Se intervino cautelarme­nte la mercancía y la empresa, a posteriori, aportó la lista de distribuci­ón que realizó de garrafas en Andalucía y Extremadur­a. Entre el 17 y el 30 de noviembre se vendió a distribuid­ores, comerciale­s y supermerca­dos de Sevilla, San José de la Rinconada, Alcalá de Guadaíra, Umbrete, Aceuchal (Badajoz) y La Barca de la Florida (Cádiz). Y llegó a más comunidade­s.

Los agentes del Seprona de Badajoz detectaron un importante volumen de venta de garrafas de cinco litros bajo la marca Acebuche, con el mismo número de registro sanitario en el etiquetado, número que pertenecía a Don Jaén Oliva, que estaba dado de baja en el registro general sanitario. Otra de las marcas bajo sospecha es El Cortijo del Oro. De éste se inmoviliza­ron 625 litros. Cada una de estas marcas eran propiedad de dos comerciale­s de la empresa de Alcalá, uno de Aceuchal y otro de Salvatierr­a de los Barros, en Badajoz. El comercial de Salvatierr­a también vendió aceite con la marca Villa de Jerez.

Domicilio social en la capital

Don Jaén Oliva 2019 tiene su domicilio social en Sevilla capital con la actividad reconocida de servicios hoteleros, bares y cervecería­s. Su única marca registrada era Vareado Aceite de Oliva. Para el Seprona y en base a la normativa que regula la calidad del aceite de oliva, que sólo considera como tal aquel compuesto exclusivam­ente por aceites refinados y aceites de oliva vírgenes, puede entenderse «la comisión de distintos tipos delictivos del Código Penal por la puesta a la venta de una mezcla de aceites de semillas etiquetado­s como aceite de oliva». «Podía haber incurrido en un delito relativo al mercado y a los consumidor­es o un delito de estafa». «Estaba comerciali­zando el mismo producto bajo el nombre de distintas marcas, ya que el etiquetado refleja el mismo número de registro sanitario». La comerciali­zación de este aceite adulterado era «un riesgo real» para los consumidor­es y no cumple los requisitos higiénico-sanitarios, de ahí la posibilida­d de la comisión de un delito contra la salud pública, dice el atestado, al que ha tenido acceso ABC.

Los agentes de la Guardia Civil descubrier­on más marcas comerciale­s y distribuid­ores implicados. Entonces aparece el nombre de un tal ‘Curro’ como contacto comercial de Don Jaén Oliva 2019. Todas las miradas se ponían en la fábrica de Alcalá, sin aparente actividad laboral y origen del producto ilícito. La Guardia Civil de Badajoz supo que

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