El PP trabaja en un proyecto para regular el acceso de los menores a contenidos nocivos en internet
▸ Feijóo insiste en un partido abierto a perfiles sin militancia: «Ese es el partido que me gusta»
Bajo el ruido de la campaña electoral, momento poco propicio para los debates de fondo, Feijóo lanzó este martes un mensaje a las empresas tecnológicas para que participen del debate y las futuras medidas para paliar los efectos que en los menores provoca el acceso a determinados contenidos y su consumo excesivo a través de dispositivos móviles. Ayer hizo esta reflexión durante un acto en Madrid junto al alcalde, José Luis Martínez-Almeida, y Toni Nadal.
Feijóo se manifestó preocupado ante la realidad de un uso masivo de terminales móviles a edades cada vez más tempranas y cómo eso fomenta la puerta de entrada a consumos nocivos para los niños. Desde la violencia a los contenidos sexuales. «Lo digo como candidato a la Presidencia del Gobierno y padre de un niño de seis años, me preocupan muchísimo los temas de internet, las redes sociales, que los adolescentes se pasen el rato delante de un móvil, el consumo de pornografía en la adolescencia, que muchos chavales no se van a la cama si no llevan su teléfono», señaló Feijóo.
El PP identifica la cuestión como «un problema global». Y es en ese punto donde se plantea como imprescindible la colaboración de las tecnológicas para ordenar el acceso de los menores al contenido de determinadas páginas, además de expresar su preocupación por cómo la digitalización y el uso habitual de dispositivos impacta en la educación de los menores. El planteamiento de ayer de Feijóo está siendo esbozado por uno de sus equipos sectoriales en Génova, bajo la coordinación de Borja Sémper como vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta.
El presidente del PP abogó porque «las empresas tecnológicas deben ordenar este asunto para que un menor no tenga acceso a cualquier tipo de páginas». No se trata de una cruzada contra ellas, sino una apelación a que formen parte de la solución. El PP no tiene todavía definida una propuesta definitiva al respecto ni la forma en que la plasmará, siempre después de las elecciones del próximo domingo, pero sí ha querido lanzar hoy una primera aproximación a la cuestión. Aunque ya llegó a registrar en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley que abordaba esta problemática. El PP cree que el principio de protección de la infancia está muy por encima de cualquier planteamiento que lo señale como una colisión con la libertad. Defienden que limitar el acceso a ciertos contenidos será útil para combatir el aumento del ciberacoso o las conductas sexuales de riesgo. Y que también contribuirá a la mejora del desarrollo educativo.
El debate estaba planteado para hablar de educación, valores y liderazgo. Moderados por un alcalde de Madrid visiblemente satisfecho por el resultado de su debate electoral la noche anterior, Nadal y Feijóo bucearon en cuestiones como la importancia del deporte o la cultura del esfuerzo. El presidente del PP volvió a reiterar su compromiso con las escuelas infantiles 0 a 3 años y con la Formación Profesional Dual como dos de sus prioridades. Aprovechó el arranque del acto para posicionarse sobre la cuestión que rodea a Vinicius, jugador del Real Madrid, y el racismo en el fútbol: «Deporte y racismo son incompatibles. España no es un país racista».
Un PP abierto
Alberto Núñez Feijóo sabe que el horizonte inmediato lo puede dirigir hacia la necesidad de alcanzar acuerdos con Vox. La corriente empuja. Sus oponentes políticos, además, lo están deseando. Pero el presidente del PP rema en otra dirección. Convencido de que para devolver al PP a su capacidad para aglutinar a grandes mayorías debe trasladarse la idea de que el partido no se encierra en sí mismo. Esa apuesta va a significar a corto y medio plazo atraer a personas que no son del PP pero que pueden revitalizar el proyecto. El propio acto junto a Toni Nadal era ya un mensaje en esa dirección.
Poner el foco en esta pata estratégica que siempre ha tenido clara desde que llegó a Génova es uno de los objetivos principales para la última parte de la campaña. Son días en los que el PP está apelando al voto útil para erosionar al máximo los restos electorales de Ciudadanos y para activar en su favor un flujo de electores con menos motivaciones ideológicas pero interpelados por una idea de cambio que en este ciclo electoral favorece al PP, que defiende mucho menos poder institucional que el PSOE.
Feijóo reivindicó su intención de ensanchar el PP más allá de las fronteras orgánicas del partido. Con el objetivo de que «las mejores ideas de España se pongan al servicio de España vengan de donde vengan». A partir del ejemplo de Toni Nadal y su incorporación hace ya meses a la fundación Reformismo21, el presidente del PP ha planteado que si alguien le pregunta por lo que votan esas personas la respuesta será que «vota a quien le dé la gana, si usted sabe a mí me vale».
A partir de su experiencia personal, Feijóo defendió la idea de un PP abierto al que se puedan sumar personas de distintas procedencias. Después de que el lunes se conociese la incorporación de Luis Garicano a la fundación, consciente de que esas entradas suelen tensionar las organizaciones por el valor que se otorga a la militancia, el presidente del PP daba muestras de que la confección de su modelo y sus equipos en el futuro no va a mirar solo hacia dentro de la organización.
Recordó que él se afilió al Partido Popular en el 2002 y que eso tuvo lugar «once años después de empezar a trabajar para administraciones del PP». Y puso en valor que llegó a ser «número dos de un ministerio sin estar afiliado» y que nunca recibió ningún toque de atención por manifestarlo. Su sentencia final reafirmó la idea de que las puertas del PP están abiertas para nuevas incorporaciones. Y que eso podría ir más allá de la anécdota si en unos meses hubiese que formar Gobierno: «Ese es el partido que me gusta y ese es el partido por el que trabajo». Y añadió: «Me gustaría tener gente en mi gobierno a la que admirar. Cuando eso no pasa es malo para el país».
El PP afronta un final de campaña con buenas sensaciones. Se asume un resultado que a la hora de formar gobiernos puede ser complejo, pero que en votos va a ser muy positivo para el PP. Feijóo acelera y en los últimos tres días de campaña estará en Zaragoza, Palma, Valencia, Murcia, Alicante, Albacete y Madrid.
Feijóo utiliza su ejemplo para defender sus fichajes: se afilió once años después de empezar a trabajar con gobiernos del PP