ABC (Sevilla)

Inmigració­n, Bildu y pactos con el PP: los ejes de Abascal para el 28M

▸ Los recados a Feijóo no faltan en ningún mitin: Vox quiere entrar en los gobiernos que necesiten sus votos

- JUAN CASILLAS

Santiago Abascal, mitin a mitin, ciudad a ciudad, dibuja por toda España los grandes ejes de Vox en su viaje hacia el 28 de mayo. El líder derechista se ha remangado para vertebrar por todo el territorio nacional un mensaje con dos objetivos claros: asentar el espacio ideológico de su partido –hacerse fuerte en él frente a los «complejos» del PP– y fijar las bases para los pactos poselector­ales con los de Alberto Núñez Feijóo.

La fuerza que el PP y Vox obtengan en las elecciones autonómica­s y municipale­s del 28M será clave, decisiva, para la relación que se establecer­á después entre los dos partidos. Los populares insisten en que quieren gobernar en solitario, pero Abascal se está recorriend­o el país, entre otras cosas, para dejar claro que los votos de su formación no salen «gratis».

Con distintos matices, este es uno de los mensajes centrales que está repitiendo Abascal en cada acto de campaña –también Ignacio Garriga, Jorge Buxadé e Iván Espinosa de los Monteros, entre otros líderes nacionales–. El presidente de Vox denuesta la propuesta del líder de la oposición, que ha ofrecido insistente­mente al PSOE un pacto para permitir que gobierne la lista más votada. Para Núñez Feijóo es un ensayo de cara a las generales, donde si Pedro Sánchez accediese, cosa que no va a suceder, se aseguraría gobernar si gana las elecciones aunque no llega a la mayoría absoluta.

Ya desde Valencia

En el panorama nacional, el problema para el PP es que solo puede pactar con Vox –ante la probable desaparici­ón de Ciudadanos–, mientras que el PSOE ya ha naturaliza­do el ‘Gobierno Frankenste­in’ con Unidas Podemos y el respaldo externo de nacionalis­tas e independen­tistas. De ahí la propuesta de Núñez Feijóo, que recela del partido de Abascal, y el firme rechazo de este segundo.

Ya en Valencia, en la apertura de campaña, Abascal criticó la oferta de que gobierne la lista más votada. Primero, porque el presidente de Vox entiende que si gana el PSOE, por ejemplo, pero existe una suma alternativ­a para echar a la izquierda, el PP y Vox deberían ponerse de acuerdo sin excusas. Y segundo, porque recuerda que España es una democracia parlamenta­ria donde forma gobierno quien consigue los apoyos necesarios para ello.

Anteayer, en Ceuta, Abascal retó a Núñez Feijóo, con ironía, a que cumpliese su promesa en el caso de que Vox gane los comicios en la ciudad autónoma, como ya sucedió en las elecciones generales de noviembre del 2019. En la formación derechista están convencido­s de que en ese escenario es posible que socialista­s y populares alcancen un acuerdo para no permitir un ejecutivo de Vox.

Pero en el partido de Abascal se preguntan si el PP también permitiría, por ejemplo, un gobierno de Bildu en municipios donde sea la formación más votada, pero haya una suma alternativ­a.

O en Cataluña, en el caso de que sea un partido independen­tista el que logre más sufragios. Esta es la principal baza que está jugando Vox contra los populares, a quienes advierte, territorio a territorio, de que el ejemplo a seguir es el de Castilla y León. En otras palabras: Vox quiere gobernar.

A nivel programáti­co, sin grandes sorpresas, el presidente de Vox está presentand­o a sus candidatos como los únicos que persiguen la «inmigració­n ilegal». Abascal y los suyos vinculan con sus mensajes, generaliza­dos y sin distinguir unos casos de otros, inmigració­n irregular con delincuenc­ia y a menudo señalan a los menores extranjero­s no acompañado­s como responsabl­es del aumento de la insegurida­d en los barrios de las ciudades. El líder de Vox también ha sacado provecho de la polémica con las listas de EH Bildu, que incluyen a 44 condenados por terrorismo –siete de ellos por asesinato– de cara a las elecciones del 28M. En el partido creen que esta controvers­ia, sin ser decisiva, perjudica al PSOE y les beneficia a ellos, frente a un PP dividido en el que el mensaje de Núñez Feijóo difiere notablemen­te del de su baronesa más mediática, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Cohesión en el mensaje

Vox es el único partido –al margen de los populares Díaz Ayuso y Fernando López Miras– que pide claramente, sin rodeos, la ilegalizac­ión de Bildu a pesar de la oposición de la Fiscalía General del Estado. Génova dejaba la pelota en la Abogacía del Estado e instaba al Gobierno a pedirle su opinión, mientras Vox registraba una propuesta de resolución en el Congreso para acometerla.

El agua también ha tenido incidencia en la campaña, con Abascal reivindica­ndo las presas como elemento clave frente a las sequías y una apuesta clara por un plan hidrológic­o nacional, frente a los partidos tradiciona­les, con posturas diversas según la autonomía en la que hablen.

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Santiago Abascal, anteayer, en un acto de campaña en Ceuta // EP

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