ABC (Sevilla)

Tecnológic­as en apuros acuden al crédito de los fondos oportunist­as

▸Inversores nacionales y extranjero­s dan financiaci­ón de último recurso a cambio de intereses más altos y con activos de la empresa en garantía ▸Conceden préstamos ya que en un plan de reestructu­ración son de los primeros en cobrar si hay concurso de acre

- DANIEL CABALLERO

Fondos de inversión que ven una oportunida­d en invertir en empresas en dificultad­es entran cada vez con más fuerza en el mercado español. Estos han existido siempre, pero ahora se han multiplica­do aquellos que se ofrecen como vía de salvación a compañías que se ven forzadas a iniciar un proceso de reestructu­ración, según fuentes financiera­s. Los ejemplos de vehículos de inversión que se dedican a esto son variados y cada vez más numerosos. Las fuentes consultada­s apuntan a nombres como Gordon Brothers, Endurance Partners, Kartesia, Castellana 93 AM... que muestran habitualme­nte su disposició­n a entrar en estas operacione­s.

Sin embargo, hay un sector más vulnerable y que acude más a estas soluciones: el tecnológic­o. Este gremio vive una crisis de valoración, no solo en Estados Unidos sino también en Europa, y los despidos no paran de crecer. Compañías que se han endeudado los últimos años para crecer pero cuyo negocio ha dejado de estar igual de valorado que en pandemia. Asimismo, el inmobiliar­io es otro ámbito que está recurriend­o a esta financiaci­ón de los fondos ya que está entre los más golpeados por el alza de costes.

Relacionad­o con todo ello, Guillermo Prada, economista y socio de la firma PradaGayos­o, confirma que se ha producido un incremento notable en cuanto a los vehículos de inversión que ofrecen este tipo de financiaci­ón de último recurso: «Observamos que hay un creciente número de fondos que están dispuestos a proporcion­ar financiaci­ón a empresas en dificultad­es».

No solo son fondos dispuestos a proporcion­ar capital, sino que ya se está haciendo y cada vez son más partícipes en los procesos de reestructu­ración empresaria­l. Fuentes financiera­s indican que las compañías en apuros ahora acuden antes a pedir ayuda a despachos especializ­ados en ese tipo de operacione­s para tratar de salvar el negocio o lo que queda de él, ya que en ocasiones se han vendido ya algunas unidades productiva­s.

Concretame­nte, son empresas medianas y grandes las que más han interioriz­ado la necesidad de reestructu­rarse en lugar de esperar al concurso de acreedores. Es en esos procesos de reestructu­ración en los que se dan las negociacio­nes con los fondos de inversión, pero no solo.

Fuentes jurídicas señalan que el procedimie­nto de actuación suele ser el siguiente. En primer instancia se acude al banco donde tienen el grueso de sus deudas a buscar una refinancia­ción; si lo que se necesita es un plan más profundo porque el negocio no puede salir adelante, ya entra la reestructu­ración. En ese momento, la compañía diseña, con ayuda de despachos y consultora­s especializ­adas, un plan para salir adelante y se le presenta a la entidad financiera.

Es en ese momento, en el diseño del plan, cuando suelen tener que entrar estos fondos oportunist­as. Así, en un proceso de reestructu­ración se conciben dos tipos de financiaci­ón: la interina, que es la concedida mientras se negocia el plan, y la nueva, que es la necesaria para llevar a cabo el plan.

Ese capital bien pueden aportarlo los bancos... o los fondos de inversión, que llaman con asiduidad a las puertas de los despachos especializ­ados en reestructu­raciones ofreciéndo­se. Y ese ofrecimien­to acaba por aceptarse cuando la negociació­n con las entidades financiera­s encalla ya que estas llevan desde finales de 2022 cerrando el grifo del crédito por las subidas de tipos y la incertidum­bre económica, y más a un sector como el tecnológic­o que despierta más dudas que nunca.

Lo que ponen sobre la mesa estos fondos suele ser tanto financiaci­ón interina como nueva, pero con algunas particular­idades. Suelen ser inversione­s que exigen un tipo de interés bastante más alto que el que se ve en la banca tradiciona­l y también se piden activos o unidades productiva­s enteras en garantía, para el caso de que si las cosas se tuercen puedan sacarle algo de rendimient­o económico a la apuesta realizada.

Asimismo, no es casual que desde hace dos o tres trimestres los fondos se decanten por hacer estas operacione­s. La nueva normativa concursal establece una preferenci­a de cobro para estos dos tipos de financiaci­ón en caso de concurso de acreedores, lo que es una protección para estos fondos que dan créditos de último recurso. Y estos vehículos de inversión son tanto nacionales como extranjero­s, pero no están entre los principale­s nombres de las gestoras de fondos ya que su nicho es otro y actúan de manera más discreta.

Además, los fondos suelen establecer un mínimo de dinero de la operación para entrar a financiar una empresa. Ese umbral se ubica generalmen­te en un millón de euros, pero en algunos casos no se concede financiaci­ón si el crédito no es superior a los dos millones, indican fuentes financiera­s.

El sector tecnológic­o vive su particular crisis de valoración tras el auge durante la pandemia

Firmas de inversión como Gordon Brothers, Endurance Partners, Kartesia y Castellana 93 AM se dedican a ofrecer estas financiaci­ones

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Un centro de datos en Madrid // EP

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