El dueño de Amber dobla su inversión en Indra hasta el 7,2%
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DANIEL CABALLERO / JAVIER GONZÁLEZ
Amber Capital informó ayer de que ha duplicado su inversión en Indra. Pasa a tener ahora, entre todas sus estructuras societarias, un 7,2% de la compañía, un año después de que el Gobierno, con su apoyo, asaltara el consejo de administración de la empresa tecnológica y de defensa. Y, además, a escasas semanas de la junta general ordinaria, que tendrá lugar previsiblemente el próximo 30 de junio. El Ejecutivo, a través de la SEPI, acumula el 25,16% del capital social.
La Moncloa, meses atrás, había autorizado al fondo de inversión fundado por Joseph Oughourlian a reforzarse en la empresa. Un paso necesario ya que se trata de una inversión
Otros extranjera en una compañía estratégica. El Gobierno avaló que llegara hasta prácticamente el 10% del capital social y ahora Amber ha dado un paso más hacia ganar posiciones, y poder, en la firma. En estos momentos, con ese porcentaje de propiedad, el fondo está en disposición de soli
Sociedad Estatal de Participaciones Industriales S.E.P. citar un puesto en el consejo de administración.
Este movimiento se produce a apenas un mes de que tenga lugar la junta de accionistas de Indra en la que deberá ser ratificado el nombramiento del nuevo consejero delegado, José Vicente de los Mozos, que no fue bien recibido por algún miembro del consejo de administración.
En concreto, Axel Arendt comunicó su decisión de abandonar su cargo de consejero independiente por discrepancias en la gobernanza de la compañía. Justamente ayer se hizo pública también la carta de renuncia de este consejero. En ella, Arendt llama la atención sobre la salida del anterior CEO, Ignacio Mataix: «Las razones de la salida en sí siguen escapando a mi comprensión a la vista de los muy buenos resultados alcanzados por la compañía bajo el liderazgo del Sr. Mataix y la alta estima que tiene en los mercados y el sector de la defensa». También el consejero denuncia que la comisión de nombramientos ha estado «presionada en un sentido indebido de urgencia» en la fase final del proceso de selección del nuevo consejero delegado, que a su juicio «impidió que la comisión tuviera tiempo suficiente para asegurar la mayor posibilidad de éxito en la decisión».
Asimismo, la maniobra de Amber también coincide con la entrada de un segundo gran socio industrial en Indra. La empresa Escribano, especializada en defensa, irrumpió la semana pasada en el grupo con un 3% del capital. El precio por el que adquirió el paquete accionarial alcanzó los 65 millones de euros, y tras su entrada se convierte en el segundo socio industrial en Indra por detrás de SAPA, una compañía industrial vasca que acumula el 5%.
El momento clave en Indra fue la junta general de accionistas de hace un año. Amber Capital (primer accionista del Grupo Prisa) entró en el accionariado en junio del ejercicio pasado con un 4,2% del capital y poco después, en la junta, apoyaron junto al Gobierno y SAPA el cese por sorpresa de buena parte de los consejeros independientes de la compañía.
Tras ello llegó un goteo de dimisiones del resto de miembros que tenían esa consideración de independientes y la gobernanza en la empresa se rompió, hasta el punto de que la CNMV abrió una investigación sobre la maniobra que habían acometido los tres accionistas.
Al cabo de los meses, el supervisor bursátil emitió su informe sobre lo ocurrido en el seno de Indra, concluyendo que hubo cooperación entre los accionistas para acometer ese movimiento en junta, que le dio poder al Gobierno, a través de la SEPI, en la firma. Sin embargo, descartó que se produjera lo que se llama una acción concertada, lo que habría obligado al Ejecutivo a lanzar una opa por el resto del accionariado.