ABC (Sevilla)

Wes Anderson trae al Festival de Cannes lo que rodó en Chinchón

▸ El cineasta presentó ‘Asteroid City’, llena de estrellas y con las ideas pastel habituales

- OTI R. MARCHANTE

Galán, la película más famosa de las que hicieron posiblemen­te hoy no podría filmarse y el propio Cleese segurament­e se vio en una encrucijad­a para poder poner en marcha esta producción con todos esos cambios, pese a que en los últimos años ha sido un abanderado contra la cultura de la cancelació­n y la corrección política. De hecho, ha sido acusado de transfobia por defender a J. K. Rowling, autora de Harry Potter, quien incluso ha recibido amenazas de muerte por su posición de defensa de las mujeres biológicas y de los espacios exclusivos para ellas.

«Me da mucha pena la época censora y tonta en la que vivimos –lamenta Galán–, en la que amparados en sensibilid­ades como la de estos actores papanatas, obras de arte como ‘La vida de Brian’ se tienen que recortar». «La ofensa personal no es una unidad de medida, la unidad de medida es la legalidad, con una interpreta­ción cultural crítica seria». Para él, esta es «una censura que se dedica a señalar obras artísticas en base a sensibilid­ades individual­es».

La telenovela no acaba allí. Una publicació­n en la cuenta de Twitter de la ‘British Comedy Guide’ en la que afirmaba que «la versión teatral de ‘La vida de Brian’ de Monty Python se lanzará en Londres en 2024, según ha confirmado John Cleese. Él e Idle han hecho cambios; por ejemplo, no habrá una escena de crucifixió­n», provocó la respuesta de Eric Idle, de 80 años, que negó cualquier participac­ión en la producción teatral. «No tengo nada que ver con esta producción o adaptación», escribió, y añadió una frase que ha generado curiosidad y que refleja que las relaciones entre ambos no están en su mejor momento: «Aparenteme­nte, Cleese cortó la canción. Por supuesto». Idle estaría refiriéndo­se a ‘Always look on the bright side of life’, la canción que escribió para la escena de la crucifixió­n y que es una de las más relevantes de la banda sonora. Si finalmente será incluida en otra parte de la obra es de momento un misterio.

Fue ‘The Daily Mail’ el medio que informó primero de que las estrellas habían estado «trabajando en nuevas escenas y tramas para un espectácul­o de gran éxito» con la directora Caroline Jay Ranger, que incluyen momentos que no aparecen en la película y otros que han sido eliminados, como la crucifixió­n, aunque de momento no se han explicado los motivos. Mientras tanto, Idle manifestó en una entrevista un punto de vista más suave con respecto a la cancelació­n. Concretame­nte, hizo referencia a las quejas del comediante estadounid­ense Dave Chappelle de que está siendo silenciado por sus controvert­idos chistes. Incluso, su ‘show’ en Netflix fue cancelado en el último minuto, al igual que otros espectácul­os en directo, porque algunos de sus chistes son supuestame­nte ofensivos para las personas transgéner­o y transexual­es. La reacción de Idle fue que «no debes quejarte de la audiencia. No hay nada malo con la audiencia. Si no se ríen de tus chistes, hay algo mal con tu broma».

La película de Víctor Erice, ‘Cerrar los ojos’, ha abierto precisamen­te los ojos a algunos de los problemas que arrastra el Festival de Cannes, empezando por los criterios de programaci­ón de la sección oficial y competitiv­a. Los motivos que tuvieran Frémaux y su equipo para no incluir a Erice entre los competidor­es por la Palma de Oro sólo pueden ser o ridículos o retorcidos, y cundía la sospecha (naturalmen­te, infundada) de que ahí podría estar la causa de que Víctor Erice no viniera a presentar su película. En cualquier caso, ‘Cerrar los ojos’ era de lo que aún se hablaba en los ambientes del festival mientras se hacían las colas a las películas del día. Las dos de competició­n traían la firma de dos directores importante­s, Wes Anderson y Marco Bellocchio, que, dicho sea de paso, no le aguantaban un ‘round’ a la de Erice.

Wes Anderson es un cineasta con sello, con una marca especial en sus películas, en lo visual, en lo narrativo, en la peculiar forma de su puesta en escena… uno entra a cualquier película de Wes Anderson y no necesita dos planos para saber que es suya. Tiene numerosos seguidores en todo el mundo que lo adoran y que, incluso, se ríen con su sentido del humor y su estilo. Personalme­nte, he de decir que en las horas y horas que lleva uno dedicado a ‘encontrar’ a Anderson aún no he podido devolverle a la pantalla ni media sonrisa.

En la que acaba de presentar en Cannes, ‘Asteroid City’, filmada en Chinchón pero sin Chinchón, las ideas son las habituales, sus tonos pastel, la presentaci­ón de personajes y la vistosidad de los espacios dan estupendam­ente el pego, aunque si has pasado unas cuantas veces la ITV de este director sospechas que no hay que esperar mucho hasta que se desmorona. La historia que cuenta no tiene mayor interés, pero tiene al menos un montón de estrellas. Allí están todos, Tom Hanks, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Tilda Swinton, Matt Dillon y otra docena larga de actores de renombre, algunos sin papel, pero ahí están. Pero qué se le puede reprochar a Wes Anderson, ¿su estilo, su ‘look’, su forma de narrar? Si le ha ido bien hasta ahora, pues no va a cambiarlo porque uno entre en coma con él.

Lo de Marco Bellocchio, el veterano y reputado director italiano, tenía más interés: se titula ‘Rapito’ (‘El rapto’) y recrea un caso célebre en la Italia de mediados del XIX, cuando la Iglesia le ‘confisca’ un hijo a la familia Mortara, judíos, con la excusa de que el niño había sido bautizado a escondidas por una sirvienta. Están bien explicados los dilemas religiosos, algo exagerada la personalid­ad del Papa Pío IX, la convulsión política de la época. En fin, una película muy convencion­al pero con algo dentro que rascar.

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RAÚL DOBLADO
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