La televisión pública italiana gira a la derecha con Meloni
▸ El país afronta los efectos del ‘turnismo’ en la RAI, con nuevos dirigentes y programas
«La cultura de izquierda nos ha marginado durante años, ahora nos toca a nosotros». Lo ha dicho el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, y lo destacaron también decenas de intelectuales. La realidad es que en Italia, considerado sociológicamente como un país de derechas, ha predominado una cultura de izquierdas. Por ello, cada vez que la derecha ganó unas elecciones intentó recuperar el terreno perdido y reflejar una cultura más acorde con la ideología mayoritaria del país. De ahí que una de las primeras medidas del Gobierno de Meloni es la de dar una nueva orientación a la Radiotelevisión Pública Italiana (RAI), considerada la gran industria cultural del país, al menos potencialmente. Aunque es evidente que RAI y Cultura no son sinónimos.
Todos los gobiernos, cuando llegaron al poder en Italia, han puesto entre sus primeras medidas la de ocupar la RAI, un ente público financiado por un canon de 90 euros anuales que pagan quienes poseen un televisor. Era normal dejar a la oposición algunos programas, alguna red o un telediario de segundo nivel, nunca los de gran audiencia. Este reparto entre los principales partidos se conoce como ‘lottizzazione’, una palabra de uso común en la vida pública, es decir, la división entre partidos políticos de los cargos directivos de organismos, empresas e instituciones públicas con el objeto de dirigir e influir en la vida económica y social del país. Así ha sido durante décadas. El partido mayoritario siempre se llevó la mejor tajada.
La actual primera ministra, Giorgia Meloni, no ha sido una excepción. Tanto es así que algunos ya han bautizado la RAI como TeleMeloni, por el giro que ha dado hacia la derecha. Acaban de ser nombrados con el visto bueno de la mandataria, sus dos máximos dirigentes:
Roberto Sergio, que ocupó diversos cargos directivos desde 2004, es el nuevo consejero delegado de la RAI; y el nuevo director general es Giampaolo Rossi, un experto en comunicación y exmánager en el ente público, próximo también a Meloni. Habrá cambios en programas y servicios informativos, pero no harán desde luego una revolución ni tampoco una purga, como se ha gritado desde la izquierda. En este sentido, hay un caso emblemático.
Un caso emblemático
Abandona la RAI un conocido y prestigioso periodista, Fabio Fazio, 58 años, desde los 18 en el ente público, presentador en los últimos 20 años de ‘Che tempo che fa’, seguramente el mejor programa de la RAI, con buenas entrevistas a los más interesantes personajes de la vida cultural, socioeconómica, científica y política del país y el continente. Por su contrato con la RAI, que vencía el 30 de junio próximo, cobraba 1,6 millones de euros al año. Fabio Fazio, de izquierdas –sin militar en ningún partido–, ha preferido no renovar en la RAI. Ahora le espera un contrato mejor por cuatro años: cobrará 10 millones de euros (2,5 anuales) en Discovery. «La política en su conjunto se siente legitimada por el resultado electoral para comportarse como propietaria de los asuntos públicos, con poca consideración por el bien común y con una codicia desbordante. Y no sólo en lo que respecta a la televisión», ha declarado Fazio.
Durante décadas, los políticos más relevantes del país, de izquierdas o derechas, han proclamado la necesidad de que la televisión pública sea independiente. Estas son algunas de sus declaraciones en el pasado: «La RAI no es ni debe convertirse en propiedad privada de un gobierno» (Guido Crosetto, actual ministro de Defensa, en 2006); «evitemos que los partidos ocupen la RAI» (dijo Matteo Renzi, ex primer ministro, en 2015); «este es el momento adecuado para reformar la RAI y evitar la injerencia de la política» (Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas, en 2021); «Existe la ocupación sistemática de la RAI» (Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, en 2016, cuando estaba en la oposición).