Qué torero Jorge Martínez... aunque Madrid no se enterara
▸ El debutante Molina causa también una fenomenal impresión en tarde de lluvia
Qué torero Jorge Martínez. Lo es de novillero y lo será de matador. Aunque el personal no se enterara de la dimensión que ofreció en la novillada de Montealto, tanto en el bueno como en el dificultoso. Temple traía el primero, Corcelero, y temple aplicó el de Totana, con un concepto clásico para paladares que distinguen entre lo artificial y lo natural. Aroma desprendían ya los bonitos ayudados del prólogo en su cadenciosa faena. Lástima que la calidad del animal no anduviese acompañada de mayor empuje, lo que hizo que el conjunto no calara lo suficiente. Y eso que hubo zurdazos de sobresaliente pureza. Pero allí lo que mojaba era el agua y todo quedó en rácanos saludos.
De mayor calibre aún fue su obra al cuarto, carente de la clase del anterior y con continuos derrotes. Presto acudía Ventajista a los engaños, pero siempre acababa a la defensiva, áspero e informal. Con firmeza de planta, muy asentado, planteó faena Martínez, aunque el personal asistía con extraña frialdad a lo que se guisaba en ese momento. Una cocina de chef con mando y tacto. Hasta dominar completamente la compleja embestida. Muy seria la actuación del discípulo de Ruiz Manuel, que ambicionaba más y pareció marcharse contrariado por el escaso eco.
MONUMENTAL DE LAS VENTAS.
Martes, 23 de mayo. 12º festejo.
Casi 18.000 personas. Novillos de Montealto, bien presentados dentro de la desigualdad; bajos de raza, noblotes unos, más deslucidos otros; destacó la clase del 1º.
de grana y oro. Estocada desprendida (saludos). En el cuarto, estocada corta (saludos).
de marino y oro. Estocada delantera y descabello. Aviso (petición y saludos). En el quinto, dos pinchazos, estocada y dos descabellos. Aviso (saludos).
de azul pavo y oro. Dos pinchazos y estocada desprendida. Aviso (saludos). En el sexto, estocada y varios descabellos. Aviso (silencio).
JORGE MARTÍNEZ, JORGE MOLINA, SERGIO RODRÍGUEZ,
Conectó más con el público otro Jorge, el debutante Molina, con valor de quilates y proyección. Nada que ver con el que abrió plaza apuntaba el playero segundo, que mejoró en la lidia de Navazo. Fenomenal el principio genuflexo del torrijeño, que mostró su aplomo con Veraniego bajo la lluvia. Sincera su entrega, con las telas al hocico y buscando la colocación, aunque le frenaran la vuelta al ruedo. De nuevo gustó su sello en el mansote quinto y dejó claro que le aguarda un prometedor futuro si practica mucho con el carretón.
Se presentaba Sergio Rodríguez, otro ilusionante novel. Vibrante su inicio de rodillas al tercero, de mejor condición que el sexto, un deslucido torito –se esperaba más del ganado– en el que se atascó con el verduguillo. Jarreaba entonces en una Monumental que apenas se enteró de la importancia torera de Martínez, preparado para dar el salto al escalafón donde crece la barba.